Crisis en la industria frigorífica con cierres de plantas y despidos
Falta hacienda, hay precios récord del kilo vivo, cayó el consumo y la exportación.
La anécdota sucedió la semana pasada y es demostrativa del estado de cosas en el negocio de la carne. Por error, un camión cargado de hacienda ingresó al frigorífico Látigo de Florencio Varela, que está tomado por sus trabajadores. A estos 500 obreros sin trabajo poco les importó que el destino del ganado fuera otro y secuestraron el vehículo y su carga. El propietario de las vacas recién pudo rescatarlas horas después. Tuvo que dejar a cambio cientos de kilos de carne, ya no para vender sino para que los trabajadores tuviesen algo de comer que llevar a sus hogares.
Postales parecidas se repiten en unas 30 plantas frigoríficas: no hay trabajo suficiente y entonces los empresarios cierran sus puertas, o limitan los días de faena, o bien expulsan trabajadores. En el caso del Látigo, el dueño del establecimiento, Ruben Gargiulo, decidió que no podía perder más plata. Cuentan en el sector que se lo comunicó directamente al secretario de Comercio, Guillermo Moreno. “ Ahora hacete cargo vos” , le dijo.
Los datos de la caída del negocio de la carne son contundentes. Por culpa de la sequía y la política que le quitó estímulo a la producción, el stock vacuno se redujo a 49 millones de cabezas, desde 58 millones hace apenas cuatro años. Primera consecuencia: los precios del ganado subieron más de 100% en lo que va del año . Segunda consecuencia: no hay oferta suficiente de hacienda y la faena se redujo 22% en el primer semestre de 2010, respecto de igual periodo de 2009. Eso en promedio, porque la crisis va en aumento. En enero la faena retrocedía 13%. En junio, 34%.