Inflación sin rumbo y un combo letal (pero anunciado): en qué invertir los pesos en un contexto convulsionado

Un mal dato de inflación que nos indica que el Gobierno no está decidido a combatirla, menos dólares en las reservas y tipos de cambio financieros que se acomodan en niveles más altos

Inflación sin rumbo y un combo letal (pero anunciado): en qué invertir los pesos en un contexto convulsionado
25deNoviembrede2022a las17:15

El BCRA tuvo una semana complicada en materia de dólares. Es un contexto frágil, donde el desgaste continuo de no tener políticas de fondo genera la necesidad de nuevos parches para resistir. Nada que en cualquier momento de nuestra historia en materia cambiaria pueda llamar la atención. La suba del dólar MEP y CCL se da incluso en medio de un fuerte rally de los bonos hard-dollar soberanos y una recuperación global de los activos de riesgo. 

Entonces, ¿cuál sería la noticia? Que este movimiento se materializó después de sesenta días donde el tipo de cambio implícito prácticamente no se movió del rango promedio de ARS 305. En ese ínterin, la brecha comprimió desde 110 % a 90 %, nivel mínimo desde la escalada que la llevó a 155 % en plena crisis post renuncia de Guzmán.

¿Cómo se dio esta reducción de la brecha entre el dólar financiero y el oficial? Incrementando el denominador. La compresión de la brecha debía darse depreciando el peso frente a la relativa estabilidad del contado con liquidación. Pero la discusión excede este punto, en cuanto que el mercado coincidía en esta visión, pero no en la velocidad de concreción. Se temía por un salto discreto (descartado hasta el momento del escenario base y luego de múltiples promesas por parte del gobierno) o en su defecto en un ritmo mucho más acelerado que el actual. Tasas implícitas en los contratos de dólar en ROFEX en torno al 120 % durante semanas (una cobertura cara, hasta ahora) así lo atestiguaban. Sin embargo, en las últimas ruedas, los futuros de la divisa mostraron una tendencia claramente descendente, corrigiendo las tasas de depreciación esperada.

Si tomamos como referencia a la gestión nacional gubernamental entre los años 2011 y 2015, también con restricciones sobre el mercado cambiario, la brecha promedió el 35 %. La diferencia contra el 80 % promedio de la gestión actual, y bajo el mismo signo político, es clara. 

Más allá de nuestra ya clásica resiliencia, semejante brecha no es sostenible en el largo plazo. Aquí es donde surgen las dudas respecto a poder mantener la tendencia a seguir achicando el diferencial cambiario vía denominador. 

Los factores estructurales y coyunturales que atentan contra un cambio en la tendencia reciente, de contención en los dólares financieros, persisten. El primero de todos, y el más palpable, es la inercia inflacionaria que sigue corriendo a un ritmo directo de + 12 % en estos últimos dos meses.