Opciones de valor agregado para el maíz

Un cultivo que está presente en muchos aspectos de la vida cotidiana.

Por Rodrigo Bonazzola

En la actualidad, Argentina transforma entre el 30 y el 40 % del maíz que produce. Este porcentaje tiene que ver con valor agregado en carnes, huevo, edulcorantes, molienda seca y biocombustibles.

El resto del volumen producido se exporta en forma de granos. Pero este porcentaje también tiene su valor agregado ya que detrás de la semilla hay todo un desarrollo para lograr una buena producción. Esto tiene que ver con que el productor invierte en tecnología para maximizar los rendimientos. 

La economía detrás del cereal

El maíz está considerado como una economía regional, ya que es capaz de producir mano de obra y valor agregado. “Es un cultivo que va desde el norte hasta el sur del país, es el producto más federal”, aseguró Alberto Morelli, presidente de Maizar.

Es un cultivo de pura transformación que se convierte en carnes bovina, porcina y aviar. La transformación en proteína animal tiene una buena participación en la producción total de maíz. Por su parte, desde Maizar destacaron el rol de la cadena de producción y abastecimiento que permitieron que transformaciones del maíz llegue a la mesa de los argentinos en un contexto de pandemia. 

Además de estos destinos, también se transforma en snacks, molienda seca, cereales, galletas y hasta cerveza. “El maíz tiene un lugar destacado porque está en la mesa de los argentinos todos los días a través de distintos alimentos y sus transformaciones”, grafica Morelli.

A pesar de tener esa participación en la vida de los argentinos, aseguran que aún hay mucho por mejorar. Argentina es un gran exportador de maíz, pero también puede pensar en sumar mayor valor agregado fronteras adentro.

Hoy entre el 60 y 70 % del maíz producido se comercializa como grano. “Es muy bueno como comercio, pero parte de ese maíz se debe transformar dentro de las fronteras argentinas porque eso significa obviamente mayor instalación de plantas mayores procesos y todo eso es mayor mano de obra”, aseguró el presidente del espacio, Morelli.

Argentina se encuentra rezagada en cuanto a transformación. Estados Unidos, principal productor de este cultivo, solo exporta el 10 % como grano y destina una gran parte a la producción de biocombustibles. Por su parte, Brasil exporta el 35 por ciento como grano y el 65 por ciento restante lo transforma dentro de sus fronteras.

Maíz transformado en carnes

Del porcentaje destinado al consumo interno, el 75 % se destina a forraje para ganadería. Esta cifra surge de la estimación realizada por la Bolsa de Comercio de Rosario para la campaña 2019/20. 

El sector de mayor demanda es la producción avícola, que se coloca en el primer lugar, con un 36 %. Luego le sigue la producción bovina con el 35 %, la lechería con el 17 % y la producción porcina con el 12 %.

El consumo total estimado es de 12,4 millones de toneladas. Bajo este proceso, el cereal es transformado en proteína animal que se destina a consumo interno y también se exporta.

En el caso del consumo de la producción avícola incluye carne de pollo y huevos. La BCR señala que el consumo de este sector se mantiene similar año tras año.

Según la Cámara Argentina de Productores Avícolas, existía un stock de gallinas en postura de 44,48 millones de cabezas que produjeron 13.175 millones de huevos. El informe publicado por la BCR, destaca que la faena viene en crecimiento. Aunque cabe destacar que estos datos son previos a la declaración de la pandemia en Argentina.

En lo que respecta al maíz destinado para la producción bovina, el consumo de maíz depende del sistema de engorde que predomine ese año. En el engorde a corral hay un mayor uso de maíz como alimento.

El informe elaborado por Rosgan, señala que en 2019 la faena nacional proveniente de feedlots llegó a representar entre el 65% y el 85% del total. “La participación del consumo de maíz de feedlots podría estar entre un mínimo del 30 % y el 65 %”, detallaron desde el mercado ganadero de Rosario.

La lechería es otro sector que transforma maíz en alimentos. En este sentido, la BCR realizó una estimación de 10,7 millones de litros de leche durante el período comprendido por el ciclo comercial de maíz 2019/20, proyectando un consumo de maíz de 2,1 millones de toneladas. “Representa el 17% del consumo forrajero nacional de la campaña”, destacaron. 

La producción de cerdos viene creciendo traccionado por la situación sanitaria que atraviesa China. La fiebre porcina provocó una mayor demanda y desde la BCR se estimaron un aumento en la faena que alcanzaría 7 millones de cabezas en 2020.

En este sentido, el consumo de maíz también va a ir en aumento. Previo a la pandemia en Argentina, se estimó un consumo de 1,4 millones de toneladas de maíz.  

Diversificación: maíz Flint

Por Nicanor Estrada*

Desde fines del siglo XIX que se produce en Argentina y se exporta el maíz Flint, en aquella época era el único maíz que se producía y eran variedades. Recién en 1945 se lograron los primeros híbridos dobles (Santa Fe Nro. 2 y Nro. 3) que fueron inscriptos en el año 1949, que lograron ser incorporados masivamente en los años 70. 

En la década del 80 comienza a ingresar genética desde Estados Unidos y Europa. Es aquí donde comienza a no ser el Maíz Flint el único en la grilla. En los años 90 comienza el desarrollo de los híbridos simples, y la incorporación de la genética “amarilla y dentada” es una realidad, con lo cual nace la necesidad de diferenciar por tipo a los maíces (dent, semi-dent, Flint, etc…).

Se definieron tres aspectos para clasificarlos: la corona sin hendidura, el endosperma vítreo y su color anaranjado oscuro. En 1998 comenzó la incorporación de tecnología de modificación genética, el ‘famoso’ maíz BT, lo que introdujo a la Red de trabajo un nuevo tipo de segregación, ya no sólo por tipo, sino que también por su pureza genética. Hoy el maíz OGM representa alrededor del 97% de la producción argentina.

Segregar por tipo era relativamente fácil, pero por pureza genética ya no. Desde fines del siglo pasado se comenzó a desarrollar la trazabilidad en el maíz Flint. 

Este seguimiento permite analizar en puntos críticos características específicas, primero el contenido de OGM, luego también entraron en juego otros temas como micotoxinas y residuos de pesticidas. A la vez poder dejar registro de todo lo realizado con sus datos.

En el presente, el maíz Flint tiene el sello de producción argentina desde hace muchos años. Los participantes de esta cadena de suministro son, en gran proporción, empresas de capitales nacionales

Los principales semilleros son ACA, Rusticana, Salentein, Quimarsem y Produsem.  Año a año trabajan para lograr híbridos que mantengan la calidad requerida por la industria y mejoren la brecha en el rendimiento con los maíces de alto potencial.

Los compradores que comercializan el maíz Flint se pueden dividir en 2 principales categorías:

  • Industria local: Arcor, Cervecería y Maltería Quilmes y otros molinos más pequeños pero que generan gran valor en sus localidades de influencia.
  • Exportación: ACA, Cargill, Zinc agro, entre los que se encuentran en este mercado desde los inicios.

En cuanto a las regiones de producción de este maíz, son Pampeana, NOA, NEA y Entre Ríos-. Las restricciones de zona están dadas por el manejo de plagas y la logística, ya que existen híbridos desarrollados para todas las zonas maiceras.

El volumen total de grano de maíz Flint que se produce ronda las 650 mil toneladas. Cerca de 420 mil toneladas se destinan a la exportación, y el 85% se embarca hacia Europa. Las otras 230.000 toneladas se consumen en la Industria local.

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Los principales usos del maíz Flint, tanto en Europa como en Argentina son la fabricación de harinas, sémolas y grits o trozos gruesos. Estos ingredientes se utilizan para la elaboración de cereales de desayuno, polenta, cerveza, snacks, pastas y galletas, entre otros.

Es por esto que la Inocuidad es muy importante, ya que muchos de estos productos son elaborados para niños y también para la población que sufre celiaquía. 

Muchos se preguntarán, ¿por qué el maíz Flint es una marca registrada argentina? Este maíz tiene su renombre gracias a 2 aspectos principales, tipo e inocuidad.

El tipo se logra con la elección correcta de híbridos. Estos generan alta vitreosidad del endosperma, que produce un buen rendimiento en la molienda; un buen tamaño y forma redondeada del grano, que aporta mayor rendimiento de trozos gruesos y un color anaranjado fuerte, que mejora la apariencia del producto final.

La inocuidad se determina a través del manejo del cultivo y de su producción para logra bajo nivel de fisurado, que los granos se encuentren libres de residuos de pesticidas, libre de OGM, con bajo nivel de micotoxinas y libre de granos que contengan gluten.

El maíz Flint tiene una gran proyección en Argentina. El 90% de la producción de maíz Flint se realiza bajo programas de producción, donde los compradores establecen los híbridos a utilizar, la calidad a recibir y los cuidados a tener en cuenta a la hora de manejar el cultivo y su producción.

Según la zona de producción y la industria se definen los aspectos detallados. A partir de ello se establecen premios o bonificaciones, por sobre el valor del maíz común que cotiza en el mercado. Las bonificaciones dependen de varios aspectos y varían según los años entre un 15% y un 20% por sobre el maíz común.

Existen diferentes opciones a la hora de elegir el programa al cual sumarse, dado que según la ubicación existen diferentes posibilidades de lugar de descarga, diferentes híbridos aceptados por la industria, diferentes requerimientos de manejo de cultivo y diferentes requerimientos sobre los cuidados a tener con el producido de los lotes. La paleta de alternativas es amplia y es una interesante opción a la hora de diversificar cultivos y negocios. 

*Ing. Agr. Universidad Nacional de La Plata, MBA Universidad Torcuato di Tella, presidente de Zinc agro S.A.