Soja 360°: usos y derivados

El potencial de la soja. Mucho más que alimentación. Nuevos e inesperados usos industriales.

Por Sofía Espejo

Argentina es reconocida por ser el tercer país productor mundial de soja, el primer exportador de harina y aceite de soja y el tercer exportador mundial de poroto de soja. Además, es un polo de crushing único en el mundo, con capacidad de procesamiento diario de 185 mil toneladas.

 

Sin embargo, el complejo sojero es mucho más que alimentación. Por su aporte de proteína y grandes beneficios para la salud, la soja se hizo un lugar en el mundo pero las novedosas aplicaciones industriales se perfilan como un nuevo horizonte de productos biodegradables, renovables, para la vida cotidiana del futuro próximo.

 

Sofía Corina, ingeniera agrónoma de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en diálogo con Agrofy News, señaló: “En Argentina, la mayor parte de soja se dedica a la exportación. Sin embargo, con el solo hecho de fijarse en los ingredientes de los productos que uno compra en el super, siempre algún derivado de soja contienen”, y aclaró: “Si bien es muy baja la proporción, en todo lo que es galletitas, turrones, chocolates, está presente la lecitina de soja”.

 

En un viaje hacia el conocimiento de esta legumbre, según United Soybean Board (USB), el grano de soja está compuesto por 36% de proteína, 19% de aceite, 19% de carbohidrato indisoluble (fibra), 9% de carbohidrato soluble, 13% de humedad y 4% de minerales. En la misma línea, Corina subrayó: “Hay un poco de desinformación y desconocimiento. Es una legumbre que tiene el doble de proteínas que el resto de las legumbres. La soja es muy nutritiva, habría que promocionarla más, dado que tiene múltiples beneficios”.

 


Proteína vegetal

Rodolfo Rossi, presidente de ACSOJA, explicó en una entrevista con Agrofy News, que la soja tiene dos subproductos destacados: “Uno que es básico que es la proteína vegetal, que es la fuente proteica más importante que hay para todo lo que es la producción de carnes de distintos tipos, incluyendo la piscicultura. Por la producción que hay, prácticamente no tiene sustituto. Por ahora no se le ha encontrado”.

 

Los principales consumidores son los países de Asia, pero hoy en la industria de alimentos de soja también están los mercados en Europa y Estados Unidos, incluso en Argentina tiene su contribución: “La proteína vegetal tiene múltiples propiedades. Desde el forraje directo pasando por una cantidad de usos enormes que van desde productos de consumo humano, que es una importante proporción y los texturizados proteicos”, explicó Rossi y destacó que “tiene una implicancia muy fuerte con la salud humana, está comprobado científicamente en temas cardiovasculares, en temas de cáncer, tiene que ver mucho con la salud de la mujer en su vida.”

 

Incluso en los próximos años algunos de los componentes derivados de la soja tienen que ver con el control de adicciones, según detalló Rossi. Un hallazgo probado científicamente en España muestra un nuevo uso potencial para la soja. En el Hospital del Mar de Barcelona realizaron ensayos para frenar la dependencia a la cocaína con una innovadora terapia que utiliza isoflavonas, presentes en el granos de la oleaginosa.

 

"Encontraron que había un estudio hace muchos años en China que se basaba en un tratamiento inhibidor del Kudzu, una enredadera que se encuentra sobre el norte de la Argentina", comentó Rossi y agregó: "Allí había un compuesto que era parte de las isoflavonas, que están presentes en muchas especies vegetales, pero la soja es una de las que más tiene este producto".

 

Leer más: Un uso inesperado para la soja: combatir la adicción a la cocaína

 


La proteína de soja tiene además una posibilidad muy importante en lo que refiere a las propiedades físicas. “Las fibras, trabajándolas, pueden tener una contextura muy similar a la carne. Es una propiedad física más que nutritiva”, contó Rossi.

 

Adhesivos en base a proteína de soja

Un grupo de investigadores de ecomateriales de la Universidad Nacional de Mar del Plata inició un proyecto vinculando a los nuevos usos de la soja mediante la elaboración de adhesivos eco compatibles y su utilización en laminados de la industria de la construcción y muebles.

 

El proyecto, que fue premiado por la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), dio como resultado un adhesivo basado en proteína de soja como alternativa económica y ambiental, que logró nuclear las cadenas de la soja, el arroz y los recursos forestales por medio del valor agregado.

 

Los investigadores Pablo Stefani y Roxana Ruseckaite ,junto a un grupo de profesionales adjuntos, lograron adhesivos en fase acuosa por modificación química sencilla de la proteína de soja con propiedades competitivas a los sistemas comerciales y libres de compuestos volátiles tóxicos como el formaldehído. “Hoy, este producto puede ser utilizado en la producción de eco-aglomerados y otros laminados”.

 

Ver más: Argentina genera adhesivos en base a proteína de soja

 

Aceite vegetal

Por otro lado está el aceite de soja, que es comestible y tiene propiedades positivas: “Tiene la posibilidad de competir con el aceite de girasol, si bien el de girasol tiene una calidad superior, la realidad es que el aceite de soja es el segundo que se comercializa a nivel mundial”, destacó el presidente de ACSOJA.

 

El aceite de soja tiene propiedades en lo que hace a la volatilidad y solubilidad que lo hacen muy permeable para productos industriales: “La ventaja que tiene es que hacia donde va el mundo en relación a la sustentabilidad y de los recursos naturales sustentables está entrando desde lubricantes de autos, hasta el famoso w4 que usamos para cerraduras. Hoy el aceite de soja es un componente, hay múltiples patentes de productos comerciales en muchos países del mundo”.

 

En la Argentina hay aproximadamente 400 productos en supermercados que derivan del aceite, como margarinas y chocolates, entre otros. “En ese aspecto tenemos otro componente importante que es la lecitina, que se usa mucho como convulsionante y es el componente de soja que uno hoy más encuentra en la mayor cantidad de alimentos en los supermercados de la Argentina”.

 

McDonald’s emplea el aceite de soja como uno de los secretos del sabor de sus célebres papas fritas y Bridgestone Firestone, el conglomerado mundial de neumáticos, se propone fabricar una cubierta construida con 90 libras de aceite de soja renovable y 8,5 libras de poroto de soja.

 

En 2012 la empresa multinacional Bridgestone Americas lanzó al mercado neumáticos que incluyen un 10% de aceite de soja en su composición -la línea “Firestone Agro”- y fueron diseñados para tractores de doble tracción con ocho ruedas: un modelo, como el Radial Deep Tread 23, pesa 900 kilos y contiene alrededor de 90 kilos de aceite de soja. También Goodyear podría lanzar el año próximo una cubierta (a la que denominan “llanta ecológica”) que reemplaza el aceite basado en el petróleo por aceite de soja, lo que aumentaría la vida útil del producto en un 10%.

 

En la misma línea, el gigante de las marcas de consumo masivo Unilever, que destina un capítulo completo en su sitio oficial en internet a las bondades de la soja y tiene una amplia gama de productos basados en ella, destaca que “diversos estudios epidemiológicos han evaluado el consumo de soja y de sus posibles efectos benéficos en la mejora del humor, y en la sensación de bienestar sicológico de las mujeres en la etapa del climaterio, en la prevención del cáncer de mama, próstata y colon, en poblaciones asiáticas cuyo consumo per cápita corresponde a 25-40mg/día”.

 

Bioaceite

Otro uso innovador del producto fue elaborado por investigadores de la Universidad Nacional de Rosario y del Instituto de Química (CONICET), quienes lograron una primera instancia para la eliminación de bacterias como la salmonella a través de un bioaceite extraído de la cáscara de la oleaginosa.

 

Se trata de un núcleo de expertos que hace 15 años trabaja en el reciclado de residuos celulósicos. Para ellos, la particularidad con el cultivo de la soja se ve dimensionada por el alto volumen de productividad, que a nivel global alcanza una producción anual de 320 millones de toneladas.

 

“Nuestro interés fue averiguar si este contenía algún tipo de sustancia con actividad biológica. Hicimos ensayos y junto al Instituto de Biología Molecular y Celular de Rosario (IBR), logramos identificar una actividad citotóxica que permite controlar la salmonella”, describió el Dr. Rolando Spanevello, de la Universidad Nacional de Rosario y el Instituto de Química (Conicet).

 

Ver más: El bioaceite extraído de la cáscara de soja podría combatir bacterias y enfermedades

 

Poroto de soja

Se estima que este año un 73% de la cosecha (40 millones de toneladas sobre una producción calculada en 55 millones) se industrializará para producir los principales productos de exportación de la agroindustria: aceite de soja, harinas proteicas y biodiesel. En conjunto, este año se proyecta que el complejo de la soja aporte ingresos a la Argentina, incluyendo al biodiesel, por casi 25.000 millones de dólares.

 

El procesamiento o molienda del grano de soja, que implica atravesar diversas y sofisticadas maquinarias, consiste en la extracción del aceite del poroto de soja, obteniendo por un lado, el aceite de soja y, simultáneamente, las harinas proteicas. El paso siguiente es producir el biodiesel, de cuya producción surge asimismo la glicerina (empleada en la pasta dental y para otros usos cosméticos e industriales).

 

En Argentina hemos llegado a tener una capacidad instalada de más de 3 millones de toneladas de biodiésel, lo que consumiría casi un 40% de nuestra producción. Hemos empezado a tener hace unos años trabas primero en China, después en Europa, después en EEUU y estamos restableciendo el camino. Tenemos una infraestructura que podría generar esa cantidad de biodiesel”, explicó Rossi de ACSOJA.

 

BioBus, EcoBus y SojaPlus

Frente a este escenario de grandes oportunidades, hay quienes decidieron explotar su potencial en otros campos. Este año, primero en Rosario y luego en Salta, se implementó la experiencia BioBus y EcoBus respectivamente.

 

Rosario, fue el pionero de la idea. Actualmente, en la ciudad existen 400 unidades del transporte público que funcionan con biodiésel en un 25%, y dos que lo hacen al 100%. No obstante, cabe resaltar que días atrás, se constituyó formalmente la "Mesa de Migración del Transporte Público a 100% Biodiesel", para reemplazar los combustibles utilizados en las unidades por uno ecológico que permitirá ahorrar costos y, fundamentalmente, mitigar el impacto en el medio ambiente. De esta manera el proyecto BioBus se extendería a toda la provincia. Salta siguió en cierta medida los pasos de Rosario, y cuenta con un colectivo articulado que funciona 100% a biodiésel y 9 a 25%.

 

Otro ejemplo, es el programa Soja Plus de Solidagro. Se trata de un programa alimentario a base de extrusado de soja que tiene por finalidad contribuir a mejorar la nutrición de personas en situación de vulnerabilidad. Se obtiene a través de un proceso industrial que mantiene intactas las cualidades de la soja y su valor proteico, agregándole eslasticidad y masticabilidad semejantes a la carne vacuna. Por cada tonelada de soja, se pueden obtener 15.000 porciones al plato, y para Solidagro, esto permite destinar más dinero a la compra de frutas y hortalizas, haciendo el menú variado y nutritivo.

 

Ver también: La soja y sus mil usos: desde alimentos para mascotas hasta tintas de impresión

 

Harinas proteicas

Un tema para destacar es que Argentina es uno de los principales exportadores de harina de soja del mundo, “más del 50 %”, detalló Rossi y agregó: “.Pensamos que en los próximos años Argentina va a seguir en un tren muy parecido”.

 

Las harinas proteicas de soja, el otro co-producto de la molienda de la soja, se aplican fundamentalmente para alimento balanceado de animales, las cuales han sido cruciales para solventar la gran expansión mundial de la carne porcina y aviar, particularmente de Europa, siendo así un aliado estratégico en la generación de carne para consumo humano.

 

También son empleadas en panadería (el American Institute of Baking, de Estados Unidos, planteó que la utilización de la harina de soja lecitinada como alternativa al huevo reduce el costo de materias primas en un 25%), alimentos infantiles y para diabéticos (es hipoglucémica y previene enfermedades cardíacas), fideos, salsas, pizzas, rellenos, polvos para helados, pastas alimenticias, etcétera.

 

Soja texturizada: crece el mercado de la “carne vegetal”

En los últimos años tomó preponderancia la proteína de soja texturizada, conocida también como “carne vegetal” por su parecido con la carne vacuna. Varinia Sánchez, educadora en Alimentación, en diálogo con Agrofy News, señaló que este producto bien preparado y condimentado “realmente parece carne”. Además, destacó que posee un alto contenido de proteínas.

 

La soja texturizada es un derivado de esta oleaginosa. Este cultivo llega a las aceiteras que se encargan de extraer la materia grasa. Luego de este proceso se obtienen dos productos, el aceite de soja y la harina desgrasada.

 

Las empresas utilizan la harina desgrasada como materia prima para realizar el texturizado de soja. Jorge Bouguer, encargado de producción de Hexal SRL, compañía dedicada a la producción de este alimento, explicó a Agrofy News que “es un proceso simple” en el que se parte de una materia prima con alto contenido proteico.

 

El método de elaboración comienza con la humidificación de la harina y luego se introduce en la extrusora. Durante este procedimiento, la temperatura supera los 120 grados centígrados. En la boca de salida se coloca una matriz con el tamaño del texturado. Luego se realiza un proceso de secado y está listo para la comercialización.

 

La soja texturizada gana lugar en el mercado principalmente entre quienes no desean comer carne pero sí sentir la misma textura y sabor. Existen diversas formas de incorporarla a la dieta. Las comidas más comunes son hamburguesas, milanesas, estafados, pasteles, entre otros.

 

Leer más: Soja texturizada: crece el mercado de la “carne vegetal”

 

Cáscara de soja, un negocio rentable

Hace siete años, un grupo de investigación de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de Rosario está trabajando en la degradación de la celulosa, principal componente de la cáscara de soja, obteniendo un compuesto químico que se utiliza para fabricar productos de interés farmacéutico o industrial. De esta manera generan valor agregado para la PyMES sojeras dándole mayor rentabilidad al proceso de la extracción de aceite, solucionando un problema ambiental y generando insumos para la química fina de manera sustentable.

 

Este proyecto pretende aprovechar diferentes tipos de residuos, focalizándose principalmente en celulosa proveniente de residuos urbanos o agroindustriales, explicó el Profesor Rolando Spanevello, director académico del Área Química Orgánica del Instituto de Química Rosario.

 

“Trabajamos con la cáscara de soja porque es un subproducto de la industria aceitera que tiene alto contenido en celulosa pero mínimo valor alimenticio. Para muchas PyMES es un problema porque se les acumula y tienen que pagar para que se la retiren”, detalló el investigador a Agrofy News.

 

Un dato no menor es que la cáscara de soja representa un 4 o 5 por ciento del grano de la soja; por consiguiente si en el cálculo de la producción mundial son 320 millones de toneladas de grano, en cáscara de soja son 15 millones de toneladas anuales, considerándose así un residuo relativamente importante.

 

Leer más: La cáscara de la soja también puede ser un negocio rentable

 

El futuro: los nuevos usos industriales

Pero la perspectiva de los próximos años de la soja constituye un desafío a la imaginación. Aunque ya a comienzos del siglo pasado la soja se empleó para la fabricación de pinturas, lubricantes y hasta un revolucionario panel para autos que en 1933 presentó Henry Ford, las investigaciones sobre los derivados industriales de la soja comienzan a dar sus frutos, para encontrar productos ecológicos y biodegradables que preserven el medio ambiente.

 

En la Argentina, en 2010, los científicos de la división Caucho del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) desarrollaron un pegamento sobre la base de concentrado de proteínas de soja que posee el mismo nivel de adhesión en seco que los que contienen un derivado del petróleo (urea-formaldehído o UF) que fue declarado “agente cancerígeno” por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y fue prohibido en Europa y muy pronto en Estados Unidos. El nuevo pegamento con soja, además de no ser tóxico, tiene como base una materia prima renovable y abundante y puede reemplazar a los adhesivos de UF para uso en la industria maderera, su principal destinatario, para la fabricación de laminados y aglomerados.

 

Algunas de las numerosas aplicaciones industriales de nuevo cuño de la soja son las siguientes:

 

- El aumento del precio del petróleo y la creciente preocupación por el impacto ambiental de los productos químicos de limpieza y removedores de pintura ha despertado interés en disolventes de base biológica como el metilo de soja, un éster metílico derivado del aceite de soja, que es el ingrediente clave en una mezcla ecológica. Por ser de bajo costo, conforma una alternativa fácilmente biodegradable que podría sustituir a algunos de los solventes clorados y sus derivados tradicionales. Por ejemplo, en Estados Unidos la compañía Soy Technologies ofrece diversos productos que utilizan metilo de soja en la producción de productos de limpieza industrial y removedores. En las pruebas, estos productos han demostrado eficacia igual o superior a sus homólogos del sector petroquímico.

 

- Plásticos sobre la base de soja: se dividen en dos segmentos principales: poliuretano, utilizando polioles (alcoholes polihídricos) de soja, y termoestables. La versatilidad y menores costos de producción transforman a los plásticos de soja en una opción de rápido crecimiento. Los poliuretanos se aplican en espumas de uretano, aglutinantes, recubrimientos, adhesivos y selladores.

 

Varios fabricantes han creado polioles de soja que se utilizan en aplicaciones tales como respaldos de alfombras, aislamientos, spray de espuma, paneles de la carrocería de la maquinaria agrícola y otros productos. Son materiales compuestos de plástico y poliuretanos que se aplican para carrocerías y partes interiores para automóviles, barcos e incluso equipo 4 agrícola utilizado para la cosecha de la soja y otros cultivos de semillas oleaginosas.

 

Ford es una empresa pionera en el desarrollo de las espumas de soja, como lo señaló en el seminario de ACSOJA realizado a comienzos de mayo de este año la doctora Deborah Mielewski, líder técnica senior del departamento de Materiales Sustentables de la automotriz. Los asientos de poliuretano sobre la base de soja (reemplaza hasta el 40 % de los provenientes de polioles del petróleo) se emplean en la totalidad de los vehículos lanzados desde este año en Estados Unidos (cada uno, insume 31.251 porotos de soja). Compuestos plásticos termoestables: En 2005, se desarrollaron cuatro versiones de una resina de poliéster termoestable sobre la base de soja, la que fue utilizada en Estados Unidos por grandes fabricantes de maquinaria agrícola, como John Deere, para un componente de moldeo termoestable de tapas y carcasas de tractores.

 

-Lubricantes de soja: aunque siguen las investigaciones para perfeccionarlos, tienen ventajas importantes como su mayor viscosidad, menor pérdida por evaporación y un gran potencial. La necesidad de lubricantes de alto rendimiento y de baja toxicidad en áreas ambientalmente sensibles le otorga a los originados en la soja un horizonte promisorio como aceite para cárter, fluidos hidráulicos, aceite para caja de cambios y cadenas, entre otros.

 

-Revestimientos y otras aplicaciones de soja: para la madera y las manchas de cemento, masilla y otros productos de construcción se han desarrollado y están comenzando a llegar a los consumidores con recubrimientos de soja que han demostrado su versatilidad en nuevas aplicaciones , incluyendo revestimientos de tejados y acabado de imitación en la construcción de obras de arte. Además, la tinta de soja, que no mancha al ser manipulada manualmente, recientemente celebró 20 años de uso en la prensa en los Estados Unidos donde, en la actualidad, más del 90 por ciento de sus 1.500 diarios utilizan tinta de soja en sus rotativas. En ese sentido, se trabaja ya para desarrollar un tóner sobre la base de soja para fotocopiadoras e impresoras de computadoras.

 

- Nuevos adhesivos de soja: la harina de soja finamente molida puede combinarse con otras resinas disponibles comercialmente, que resultan en una amplia gama de fuerza, secado y propiedades adhesivas para su uso en la producción de paneles de madera. Así, la harina de soja ofrece una alternativa más segura que el formaldehído para adhesivos de enchapado de maderas ya que éste es considerado “cancerígeno para los seres humanos”. Actualmente, en Estados Unidos, una empresa ya provee de un adhesivo basado en harina de soja para su uso en enchapado de madera y fabricación de aglomerado.

 

La nómina de nuevas aplicaciones de la soja en el futuro es extensa: desde productos para la agricultura a suministros para la construcción, desde fluidos 5 hidráulicos a aditivos para los automóviles. La soja propone un futuro de usos industriales impensados.