Trigo: las claves para que las brechas sean cada vez más cortas

Sanidad, nutrición y elección de variedades. Con un nuevo factor que se suma: las malezas de invierno resistentes.

Por Agrofy News

Uno de los desafíos para este año será levantar la puntería en producción. 

El rendimiento del cultivo se construye en sistemas de producción dónde interactúan factores genéticos, de tecnología y ecológicos y esto nos define distintas potencialidades según la región en la que estemos produciendo.

Uno de los temas centrales es la sanidad del cultivo por el "descuido de la semilla". El Ingeniero Agrónomo de la FAUBA, Marcelo Carmona, repasa 4 casos de ejemplo:

 - Reaparición del Carbón volador

 - Segundo caso sobre Roya amarilla: "La asesina del trigo"

 - Roya naranja de trigo, "el eterno retorno"

 - El cuarto caso es la Mancha amarilla

Daniel Miralles, coordinador técnico de A Todo Trigo, y el asesor del CREA Mar y Sierras, Jorge González Montaner, repasan en una charla los principales aspectos que se deben tener en cuenta en el momento de la siembra mirando todo el contexto: calidad que demanda el mercado y cultivos antecesores.

Fertilización

Pablo Alles del Area de I+D de AMAUTA explica que un factor limitante para alcance el potencial de rendimiento tiene que ver con la limitada oferta de nutrientes.

En ese contexto durante 2019 se presentaron los mapas de suelos de la región pampeana Argentina, en los cuales se vio una caída en los niveles de fertilidad de los suelos en términos generales, lo cual obliga a replantear las estrategias. El especialista analiza caso por caso: 

Nitrógeno

Respecto a la dosis se han calibrado distintos modelos de respuesta a la fertilización de N a partir de análisis de suelos que indican disponibilidad inicial de este nutriente, manejo del lote, y rendimiento objetivo.

Las pérdidas de N por volatilización en el cultivo de trigo no reportan altos niveles, independientemente de la fuente y la forma de aplicación, básicamente por las bajas temperaturas, y en otras zonas por la falta de humedad.

El cultivo de trigo tiene mayor requerimiento de N a partir del fin de macollaje, por lo cual es el momento en el cual el nutriente debe estar disponible. Los trabajos en este sentido han reportado que para inviernos con bajas precipitaciones la aplicación a la siembra tienen una eficiencia igual o mayor a las aplicaciones en macollaje.

No obstante otros trabajos reportan mayor eficiencia de uso de Nitrógeno con aplicaciones divididas en siembra y macollaje para el sudoeste de Bs As. Será clave entonces para determinar el momento los niveles hídricos a la siembra, las probabilidades de precipitaciones en la etapa inicial del cultivo y/o el uso de fuentes que afecten la dinámica del nitrógeno.

Fósforo

La probabilidad de respuesta a la fertilización fosfatada está en función de los niveles de fósforo Bray 1 del suelo, encontrándose el límite entre 17 y 20 ppm. Esta probabilidad de respuesta también se ve afectada por factores propios del suelo, del cultivo y del manejo de los fertilizantes.

La dosis va a variar significativamente en función de la fuente. En cuanto al momento la aplicación de fertilizantes fosfatados debe hacerse a la siembra para que la disponibilidad para el cultivo sea desde la implantación.

Otros Nutrientes

Se han encontrado niveles de respuesta variables al nutriente azufre, siendo alta la probabilidad en suelos con prolongado uso agrícola, con alta frecuencia de soja en la rotación, suelos arenosos o con bajos contenidos de Materia Orgánica.

También encontramos casos de respuesta a la aplicación de Zinc en suelos dónde el análisis de Zinc por DTPA nos arrojaba valores inferiores a 1 ppm.

Las probabilidades de respuesta a estos y otros nutrientes aumentaran con la intensificación de la agricultura y rendimientos progresivamente más elevados.

Nutrición y sistemas de producción

Para finalizar, el especialista de Amauta reflexiona: "Una mejor nutrición resulta en una mayor eficiencia del uso del agua disponible, siendo el agua por lo general un factor limitante en la producción de trigo. Además cultivos con mejor nutrición son generalmente más tolerantes o menos afectadas por enfermedades foliares necróticas. Una fertilización balanceada de nutrientes genera una eficiencia superior en el uso de estos, dónde además podemos observar efectos residuales de la fertilización en la rotación trigo - soja".

Brechas

La brecha de rendimiento es la diferencia entre dos niveles de rendimiento: el logrado por los productores y uno máximo de referencia.

El rendimiento promedio de trigo en la Argentina es de 3020 kg ha-1, mientras que la brecha de rendimiento es de 2140 kg ha-1, es decir del 41% del rendimiento potencial en secano, el cual es 5160 kg ha-1.

Los mayores rendimientos potenciales de trigo en condiciones de secano se encuentran en la región sudoeste de Buenos Aires (Hasta 7200 kg ha-1), decreciendo fuertemente en dirección noroeste debido a un aumento en la frecuencia de estrés hídrico y en la temperatura media durante el período crítico.

Siembra

En la decisión de la fecha de siembra, en trigo como en cualquier otro cultivo, se busca adecuar los recursos del ambiente con los requerimientos del cultivo, principalmente en el período en que se define el principal componente de rendimiento, es decir, el número de granos.

En trigo, al período en el cual se define el número de granos se lo denomina “período crítico o período de crecimiento de la espiga”, y comprende desde unos 20 días previos a floración (cuando en el tallo principal se cuentan 3 nudos aproximadamente) hasta 7 días posteriores a floración. Es particularmente crítica la elección de la fecha de siembra en los diferentes ciclos, ya que se busca evitar que el período de floración (fase final del período crítico) ocurra en fechas con altas probabilidades de heladas.

Variedades y tecnología

Las variedades disponibles en el mercado condicionan, según sus características, el rendimiento alcanzable, la calidad comercial e industrial del grano y, a su vez, determinan el manejo agronómico del cultivo. En este sentido, durante los últimos 20 años, han ocurrido cambios significativos en las características de las variedades de trigo predominantes en Argentina.

Se puede establecer que luego de la irrupción en el mercado de Baguette 10, el siguiente cambio significativo en la oferta de variedades en el mercado se produjo cuando la misma empresa logró corregir las características de calidad en las que dicho cultivar mostraba serias deficiencias.

Hacia el año 2003, otro criadero tradicional francés, Florimond Desprez, ofreció en Argentina la licencia de Nogal, una variedad comercializada en Francia. Este cultivar, que aún se ofrece en el mercado, presenta alto potencial de rendimiento, pero con características muy distintas a las francesas que se habían difundido anteriormente. Nogal tiene germoplasma de CIMMYT, con un componente de trigo sintético en su pedigree, que le confiere resistencia a manchas foliares (septoriosis y mancha amarilla) y roya de la hoja y de tallo. En la actualidad, varios criaderos tienen licencia de variedades que provienen de cruzamientos con Nogal o líneas emparentadas y, en consecuencia, comparten algunas características.

Otro suceso importante que ocurrió a comienzos de la década del 2000 fue la incorporación al mercado local de una fuente de germoplasma proveniente de Brasil. Así, en 2003 el criadero Don Mario inscribió Onix y Cronox, que combinaron en su pedigree genética de CIMMYT y del sur de dicho país.

Estas variedades tienen tolerancia a fusariosis de la espiga y muy buen comportamiento a manchas foliares. Son variedades de ciclo corto, que lograron muy buena difusión en el norte de la provincia de Buenos Aires y sur de Santa Fe, donde prevalecen condiciones favorables para la ocurrencia de enfermedades.

En la actualidad, hay 22 criaderos que comercializan cultivares de trigo en Argentina. Criaderos tradicionales como Klein, continúan trabajando con germoplasma de CIMMYT, y ofrecen variedades de buena calidad comercial e industrial. Se destaca también el ingreso al mercado de empresas con larga tradición en Europa, como Limagrain.

Malezas

El trigo venía siendo el cultivo más fácil de manejar en cuanto a malezas. Esto está cambiando por el surgimiento de algunas malezas de invierno resistentes. Martín Marzetti, gerente del programa REM de Aapresid explica: “Tenemos tres grandes grupos. Rama negra, que es un problema desde hace mucho pero ahora hay un biotipo con resistencia a ALS. La otra preocupación es el raigrás, que necesita un manejo específico si tiene resistencia a glifosato. La otra maleza -con menor presencia en zona núcleo, pero no en el sur de Buenos Aires, son los nabos. Cambia rotundamente el manejo teniendo o no alguna de estas tres problemáticas”.

¿Qué hacer?

Según Marzetti hay 2 estrategias marcadas. Una es actuar respecto a lo que uno tuvo el año pasado; sabiendo que en el lote hay problema de raigrás, hay que hacer un manejo específico para esa problemática. “Eso es lo más habitual. Si eso no se sabe porque es un lote nuevo, no tuvo problemas, se toman todos los recaudos”.

La otra forma sería arrancar un barbecho anticipado en la siembra como para tener tiempo antes de sembrar para ver la eficacia de esos tratamientos. El especialista pone como ejemplo “la aplicación de glifosato con algún hormonal, y si el raigrás no murió, ya sabemos que es resistente antes de la siembra y lo tengo que controlar si o si con otro herbicida. Si ese barbecho lo hago pegado a la siembra y no tengo tiempo para otra aplicación. La recomendación es hacer los barbechos con tiempo para ver la eficacia de los tratamientos”.

Para esta campaña se espera un incremento de estas tres malezas. Año a año se van sumando lotes con problemas. Por ejemplo el raigrás era muy típica del sur de Buenos Aires y hace algunos años subió hasta Entre Ríos y Córdoba. Marzetti aprovecha y resume: “Tenemos que recalcar también la importancia del monitoreo profesional. Esa es la base para un manejo racional de herbicidas, sino empezamos a tirar con todo porque empieza a fallar”.