Impacto de las intervenciones y la incidencia del trigo en los alimentos

De todos los cultivos, el trigo es uno de los que peor fama tiene. Ya sea porque se considera formador de precios o por su valor nutricional, existe un gran desconocimiento sobre su modo de producción, su impacto en la economía y los beneficios que trae su cultivo y consumo

Por Catalina Bontempo

Los mitos del trigo

Agrofy News habló distintos especialistas de trigo para derribar los mitos que se crearon en torno a este cereal.

¿El precio del trigo define el precio del producto final?

Al ser el pan un alimento representativo en la mesa del consumidor, suele existir una tendencia a trasladar directamente al trigo la culpabilidad de su precio. Sin embargo, la participación del precio del commodity en la elaboración que llega al consumidor baja a medida que el grado de industrialización aumenta, según explica Daniel Lema, investigador del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).

“El trigo es parte de una cadena productiva que va desde el productor en el campo, pasa por la logística de distribución, la elaboración, comercialización y llega al consumidor en forma de algún producto, desde lo más simple, que es harina, hasta galletitas, panificados, fideos”, sostiene Lema.

El especialista aclara que el consumo del commodity primario en las casas es “muy bajo”. Es decir, el commodity agropecuario pasa a ser un componente más de un complejo sistema de servicios adicionados a él. “Hay una cadena. El supermercado, por ejemplo, no te vende un producto, sino una oportunidad de compra. Te ofrece comodidad, aire acondicionado, estacionamiento. Aunque estés comprando harina, compras otras cosas también y la participación del commodity tiende a desaparecer”, detalla.

Es decir, el porcentaje del precio del trigo en un paquete de fideos y galletitas es pequeño. Se estima que en panificados el porcentaje es alrededor del 13%, mientras que en fideos, el porcentaje es del 5 ó 6%. A medida que se avanza en la industrialización, el porcentaje es menor.

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¿Controlar el precio y establecer precios máximos al trigo, baja la inflación?

Una de las tácticas que tienen algunos gobiernos para frenar la inflación es la imposición de precios máximos, que en verdad desincentivan la producción. “Muchas veces los productores no pueden cumplir con los precios máximos, por la cantidad de costos que tienen, y no pueden continuar produciendo, lo que en última instancia genera desabastecimiento”, reflexiona Lema.

Además, insiste en que bajar o controlar el precio del commodity tiene poco impacto en el comprador, porque el cereal se consume de manera elaborada. “Resulta más importante el segmento de distribución, logística, marketing en la composición del precio final”, considera Lema.

A su vez, resulta interesante destacar que si bien la suba del precio internacional de los granos impacta en los precios internos, no genera inflación como efecto. El experto precisa que el alza del precio de los commodities agrícolas implica un cambio de precios relativos y eventualmente un cambio de nivel (de una vez y para siempre) en los precios, pero no supone necesariamente inflación, que es el incremento generalizado y sostenido de precios.

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¿La suba de retenciones frena la inflación?

Existe otro mito que indica que el aumento de las retenciones al cereal genera una baja del precio. “Cuando suben los derechos de exportación, el precio del trigo puede bajar, pero estamos hablando de un impacto por única vez. Es decir, en un contexto como el actual, se ahorran 12 días de inflación, pero te quedan los otros 353 días que no tienen nada que ver con el trigo”, subraya David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).

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¿El trigo solo sirve para “hacer flautitas”?

La cadena productiva del trigo es una de las más variadas que existen en el sector. La Argentina, por su tradición mediterránea, y a diferencia de otros países andinos, tiene una cadena muy rica en términos de diversidad.

Como ejemplo del desarrollo que hay en torno al trigo, Miazzo enumera la panificación artesanal, la abundancia de productos de las panaderías y la cantidad de tipos de pastas, ya sean secas o frescas, que existen en el país. “Si vas a una góndola, hay pasillos enteros con galletitas dulces, saladas y rellenas. Se trata de una cadena con muchísimos productos derivados, que son el resultado de una industria de procesamiento que agrega valor a la producción primaria del campo”, resalta el experto.

¿Es un sector que genera poco impacto en la economía?

Según un estudio de FADA de octubre pasado, el 10,4% de todo el empleo que generan las cadenas agroindustriales en su conjunto, corresponde al trigo, que fomenta 385.000 puestos de trabajo, desde los insumos hasta su comercialización.

Uno de cada 10 puestos de trabajo que genera el campo lo genera el trigo”, cuenta Miazzo, quien destaca que la cadena del trigo representó el 6,5% de las exportaciones que hizo el sector agroindustrial. Es decir que 1 de cada 7 dólares que ingresaron, fueron gracias a este grano.

Por otro lado, el año pasado, según datos del Indec, las exportaciones de trigo y morcajo permitieron el ingreso de 2121 millones de dólares de divisas.

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¿El trigo ya alcanzó todo su potencial?

“La cadena de trigo, harina y farinosas es una cadena que no llegó a su techo, y tiene mucho para ofrecer al mundo”, asegura Diego Cifarelli, presidente de la Industria Molinera Argentina (FAIM). El ejecutivo explica que el 7% del mercado mundial corresponde al trigo argentino, en tanto que el país vende el 5% de la harina del mundo. A su vez, en los eslabones de fideos y panificados, los productos argentinos no alcanzan el 0,5% de lo que consume el mundo, por lo que el margen de crecimiento en cada una de estas secciones es muy grande.

“Cuando agregamos valor a los principales productos de trigo, perdemos condiciones de competencia, por el andamiaje costos y burocrático del país, que no nos dota de la competitividad que sí nos dota la tierra”, define Cifarelli.

¿El trigo impulsa las economías regionales?

Además de estar en la base de la pirámide nutricional y de ser uno de los principales alimentos que sustentan la canasta básica, el trigo también recobra importancia en su función para las economías regionales. “Muchísimos pueblos y ciudades comenzaron con campos cultivados y, en función de esos campos, nacieron los molinos harineros”, sostiene Cifarelli. Según detalla, existen 150 molinos harineros que se armaron en función del cultivo de trigo.

Asimismo, el especialista destaca su ciclo de siembra (junio) y cosecha (diciembre). “Siempre se dijo que el trigo era la ‘caja chica de fin de año del dueño del campo para mantener las cosas al día”, explica.

¿El trigo hace mal nutricionalmente?

En la actualidad, muchas personas consideran que para bajar de peso es necesario restringir el consumo de pan, pastas y otros alimentos que contienen harinas. El marketing negativo que tiene el trigo está dado, básicamente, por sus niveles de carbohidratos. Sin embargo, se difunde poco el valor nutricional del cereal.

Nutricionalmente, el trigo aporta energía, proteínas, grasas, calcio, hierro, tiamina, riboflavina y niacina y folato. A su vez, en muchos países la harina de trigo se fortifica con vitaminas B, hierro y otros nutrientes.

“Hay cualidades de la harina que son positivas, pero muchas veces hemos soportado ideologías nutricionales de los que creen que la harina es mala”, expresa Cifarelli, quien introduce las investigaciones sobre la importancia del consumo de productos a base de harina y enriquecidos con minerales y vitaminas, que son beneficiosos para la madre en gestación. “Gracias a eso se erradicó el labio leporino y las malformaciones de la espina bífida”, pondera.

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¿El cultivo de trigo involucra la aplicación de tecnología?

Entre los riesgos del cultivo, Cifarelli aclara que al ser una producción a cielo abierto, está a merced de granizo, inundaciones, sequías e insectos. “No es tirar una semilla y que germine sola. Producir una hectárea de tierra no es fácil y los riesgos que se asumen son muchísimos. La Argentina está a la vanguardia de la tecnología aplicada al agro, utiliza todo el paquete tecnológico, cultivo y análisis de tierra”, afirma.

No solo para sembrar, pulverizar y cosechar se utiliza tecnología de precisión y maquinaria de punta, también hay manejo de datos incorporadas al proceso. En cuanto a los insumos, hay semillas que tienen investigación detrás para mejorar su rinde y calidad.