La ganadería debe adaptarse

El autor señala que, tras la caída del paradigma del ternero bolita, el terreno esta preparado para una nueva forma de engorde de animales. Conocer la historia genética, nutricional y sanitaria y establecer planes de alimentación y manejo adecuados, hace la diferencia. “Una genética reconocida es fundamental para el productor intensivo“, afirma.

02deOctubrede2010a las08:20

Primer nivel En estos días estamos escuchando con bastante insistencia, y gracias al nuevo peso mínimo de faena, que muchas carcasas, fundamentalmente de hembras, están sobreengrasadas. Quienes faenan esos animales, luego, tienen serios problemas para colocar esas reses con grandes depósitos de grasa que castigan el rendimiento final.

Sin un sistema adecuado de tipificación de carnes se hace más difícil coordinar la cadena productiva que involucra a cabañeros, criadores, engordadores y faenadores.

La pregunta es, entonces, si estamos haciendo bien las cosas y, concretamente, desde la nutrición y alimentación de esos animales confinados.