La incógnita K, la volatilidad mundial y ahora la aftosa - Por Félix Sammartino

La extraña calma chicha electoral que se vive por estos días no reprime las preocupaciones que terminan saltando en cualquier charla con productores del sector. La más grande, sin dudas, sigue siendo la incertidumbre que produce la política.

24deSeptiembrede2011a las08:15
A tal punto que no es menor el lote de empresarios que directamente han perdido el sueño con la posibilidad de que el kirchnerismo se decida a "profundizar el modelo" durante los próximos cuatro años de segura gestión.

Para estos insomnes, el economista Raúl Fuentes Rossi tiene una teoría. A pesar de tener enfrente a una oposición política en "default", imposibilitada de marcar los límites de la prudencia y de la moderación, el futuro gobierno viene con dos frenos de mano puestos: la fuga de capitales y la crisis internacional. Entre otras cosas, esto significa un cambio en el escenario de los últimos años en el que la política dominó ampliamente a la economía.

El razonamiento suena lógico porque está claro que la salud de las variables macroeconómicas locales no es la de antes y por otro lado el mundo se encuentra en plena mudanza: las crisis ahora ocurren en los países desarrollados y el crecimiento en los países emergentes.

En este desbarajuste, la agricultura tiene mucho que ver. El mundo se puso patas para arriba en el momento en que se comprobó que la población ya no cuenta con los reaseguros de tener stocks mundiales de alimentos. El paradigma de los excedentes cambió en forma definitiva por el de la escasez.

Por estos días, los stocks de maíz, en el mundo y especialmente en Estados Unidos, el principal productor mundial, se encuentran en un piso histórico que no deja margen para el error. De ahora en más existe la obligación implícita de lograr año a año cosechas récord con maíces de arriba de 100 quintales de rendimiento por hectárea como para mantener a raya la demanda.

Vivir con el cinturón tan apretado tiene sus consecuencias. Las primeras ya se desataron con las revueltas en el norte de Africa cuando la harina europea dejó de llegar subsidiada por los europeos.

La hipótesis de Fuentes Rossi, por la que el mejor negocio para el Gobierno es transitar el futuro con pies de plomo, se escuchó en la quinta edición de ExpoBra.En la exposición de Santiago del Estero se pudo comprobar una de las dos caras que presenta la ganadería. Fue evidente que la pasión de los criadores es inoxidable y que alentada por los buenos precios se convierte en fuertes reinversiones en la actividad.

Es así como las cabañas de primer nivel de las razas Brangus, Braford y Brahman percibieron la mayor capacidad de inversión de los ganaderos locales y no dejaron escapar la oportunidad presentando cantidad y calidad de reproductores.

En Santiago, "la provincia que está más al sur del norte argentino", también se aceleró el paso inversor en mejoras de infraestructura y en la implantación de pasturas subtropicales. Aunque, a decir verdad, hace mucho que se viene sosteniendo el esfuerzo por mejorar la base forrajera. Como dijo el ministro de la Producción de Santiago del Estero, Luis Gelid, un ex INTA que sabe de lo que habla, algo que se está volviendo cada vez menos frecuente entre los funcionarios, "hay mucho gatton panic sembrado por la soja".

La otra cara de la ganadería, la cara negativa esta representada por las amenazas que todavía siguen jaqueando la actividad. Antes fue el cierre intempestivo de las exportaciones de carne y la intervención del mercado que llevó el desaliento a los productores hasta el punto de provocar una de las más graves caídas de stock vacuno que registre la historia.

Ahora es la alarma causada por el brote de aftosa de 13 animales en el Paraguay que se declaró el pasado sábado a la noche. Un problema regional que sigue presentando fisuras en los controles. Está claro que la pesadilla paragu