Temor por la nueva ley de tierras
La pérdida de competitividad del vino argentino en el exterior no es el único motivo de preocupación para los empresarios bodegueros.
En la industria alertan sobre el impacto negativo que podría tener en su sector la sanción de la ley de tierras, que avanza en el Congreso (hace unos días el proyecto fue aprobado por la Cámara de Diputados y esta semana podría tratarse en el Senado). La iniciativa fija un tope de 1000 hectáreas para la compra de tierras por parte de personas físicas o jurídicas de origen extranjero.
Una de las bodegas que reconocen públicamente el problema es la multinacional Pernod Ricard, cuya casa matriz ya dio la luz verde a la filial argentina para comprar nuevos viñedos en el país, pero con la nueva ley de tierras excedería el límite de 1000 hectáreas. "Hoy tenemos más de 1000 hectáreas, de las cuales sólo 750 están plantadas. La ley de tierras nos impediría crecer por adquisición y el grupo no trabaja con socios locales ni testaferros", señaló el número uno del grupo para la región, Sergio Marly. "La uva malbec está teniendo cada vez más demanda, a tal punto que hoy se están celebrando contratos a largo plazo, que antes no existían, o se paga la cosecha por adelantado. Por eso estamos plantando más y viendo qué comprar", agregó el empresario..