La alfalfa sembró un mojón en la historia agrícola
Fue el centro de la transformación argentina a partir del siglo XIX
Los propietarios del siglo XIX carecían de los medios técnicos para explotar debidamente sus tierras. El país se caracterizaba por tener grandes latifundios. La alfalfa cumplió entonces un rol muy importante dentro de la economía agrícola y sirvió para impulsar la ganadería. Una vez inventada la refrigeración para el transporte marítimo se creó la necesidad de tener, en forma continua, buenas carnes para la exportación. Había que mejorar las razas y se necesitaban praderas artificiales, porque los pastos naturales eran duros y no bien asimilables para los animales mejorados. Se despierta un frenético interés por los alfalfares.
La exigencia de campos enfalfados enfrenta entonces a los ganaderos a solucionar el problema, que se resuelve de una manera muy interesante. La tierra era entregada a inmigrantes que recibían semilla y en alguna oportunidad útiles de labranzas. Cultivaban cereales y pagaban el alquiler con una parte de la cosecha. En el último año del contrato sembraban alfalfa conjuntamente con otros granos. Terminada la recolección, el propietario disponía de una tierra que había sido arada repetidas veces y estaba preparada para recibir el ganado. El afluente inmigratorio facilitó el proceso y ayudó a la convivencia entre la agricultura y la ganadería.
El ejemplo fue tomado del hacendado Benigno del Carril, quien en sus campos de Rojas, había mejorado su ganado con poquísimo dinero. Dividió la tierra en potreros alambrados de 1600 a 2000 Has. Luego la subdividió en lotes amojonados y numerados de 200 hectáreas, sin alambrado intermedio que arrendó a chacareros italianos, a $ 4 la hectárea por el término de tres años, con obligación de dejar el terreno sembrado con alfalfa al finalizar el contrato. Del Carril obtuvo 1700 hectáreas de alfalfares, al ínfimo costo de diez pesos por cuadra. Esto adquiere el nombre de sistema por mediero y es adoptado al pie de la letra, por todos los ganaderos. Estos cultivos combinados refinaron masivamente los rodeos de vacunos, haciéndolos apetitosos al paladar europeo.