Desafíos para Casamiquela
Se destaca su intención de aumentar la siembra de trigo, pero sólo indicó que serían varias las resoluciones por adoptar. Ello hace presumir que la necesaria eliminación de las retenciones no sería un instrumento central.
Dos hechos temporalmente coincidentes podrían abrir cauces para incluir cambios en la política agraria nacional. Por un lado, la designación del nuevo ministro de Agricultura, Carlos Casamiquela, un técnico con propensión al diálogo, y, por otro, la renuncia del secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, devenido zar de la economía con tentáculos en varias ramas, entre ellas, la política rural.
Casamiquela es un profesional reconocido, quien a poco de recibir su título profesional, en 1973, ingresó en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para revistar luego en la Estación Experimental del Alto Valle del Río Negro y ser vicepresidente del importante Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa). De allí accedió a la presidencia del INTA y, ahora, al ministerio.