Las paradojas del biodiésel
A nivel mundial, la producción del biocombustible se aceleró en los últimos seis años, pero en Argentina pisó freno por las barreras en el mercado europeo.
|La producción mundial de biodiésel se disparó en los últimos seis años y creció un 70%, si se consideran las estimaciones preliminares del 2013, y un 65% cuando se analiza el período 2008-2012, según un informe que acaba de publicar la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Es una tendencia que la Argentina sigue de cerca porque es el primer exportador mundial.
La paradoja es que a nivel global se acelera la producción de este biocombustible, que se obtiene a partir del aceite de soja, colza, palma y girasol, principalmente, al mismo tiempo que en la Argentina retrocede, por el impacto de las restricciones al biodiésel nacional que impuso la Unión Europea, uno de los mercados estratégicos, entre otros factores.
En las plantas cercanas a las terminales portuarias del Gran Rosario, el biodiésel venía creciendo con vértigo. En el 2008, se produjeron unas 700.000 toneladas y cinco años más tarde (en 2012) se lograron 2,45 millones de toneladas; es decir: 3,5 veces más, a partir de una enorme ampliación de la capacidad instalada para procesar el aceite de soja.
A mediados de ese año, las idas y vueltas con las retenciones a este biocombustible, que subió y después bajó el Gobierno, hicieron pisar el freno y en el 2013 las barreras arancelarias europeas directamente levantaron el freno de mano: el sector terminó trabajando a media máquina y con capacidad ociosa. Por eso, se estima que se produjeron 400.000 toneladas menos que en 2012.
Las pymes del sector, nucleadas en la Cámara de Empresas Pymes Regionales de Biocombustibles (Cepreb), advirtieron esta semana que están “paradas y sin perspectivas” y reclamaron que se actualice el precio en el mercado interno del biodiésel para amortiguar la constante escalada de los costos productivos. Es lo mismo que vienen advirtiendo las plantas más grandes del sector.
En relación con el frente externo, el mercado europeo es clave. “Hasta 2012 era el principal comprador de biodiésel argentino, con el 89% de las ventas locales al exterior. Pero la aplicación de medidas antidumping y la acción del gobierno español de excluir a las fábricas argentinas del listado de plantas autorizadas a vender a dicho país jaquearon al sector”, plantean Julio Calzada y Florencia Matteo, de la Dirección de Informaciones y Estudios Económicos de la bolsa rosarina.
Es un negocio interesante el que se traba, que representa el 2% de las exportaciones totales de la Argentina. En 2012, las ventas globales de biodiésel treparon hasta los 2.088 millones de dólares para el país. Ese año se embarcaron hacia el mercado externo 1,5 millones de toneladas, el 62% de la producción nacional.
En la Unión Europea y algunos países asiáticos, la elaboración de este biocombustible se dispara. En esta tendencia influye la mayor producción de aceite de palma, en los países del sudeste asiático, a pesar de algunos conflictos ambientales por denuncias de que se profundiza la deforestación.