Crisis en Ucrania exacerba la volatilidad de los mercados agrícolas
El país es uno de los mayores exportadores de trigo y maíz del mundo. Los embarques están suspendidos hasta que se aclare la situación política en la región.
En más de un sentido, la Argentina y Ucrania comparten algunas características similares. Ambos son considerados como granero del mundo por su formidable producción agrícola, el sector primario contribuye con casi un 10% al PIB de cada país, su población es similar (poco más de 40 millones) y la misma proporción trabaja en el campo (un 5% de la población económicamente activa). Pero hasta aquí llegan las similitudes.
Para el imaginario colectivo ucraniano, Holodomor representa uno de los episodios más traumáticos de su historia, relacionado con su gigantesco sector agrícola. Se trata de la hambruna sufrida por los agricultores ucranianos a principios de 1930 (en la que murieron hasta 10 millones de personas), causada por la estatización (colectivización) forzada de su producción por parte de las autoridades rusas que gobernaban la Unión Soviética en ese entonces.
A diferencia de la resolución 125 de 2008, en la que el Gobierno argentino intentó sin éxito aumentar los impuestos a las exportaciones del agro, en Ucrania también hubo protestas masivas por parte de los agricultores cuando se anunció la colectivización obligatoria en 1929, pero el resultado fue totalmente diferente. De ahí que ahora, luego de que el gobierno ruso decidiera invadir la península de Crimea (que forma parte del territorio ucraniano y donde se encuentra una de las bases navales más importantes de Rusia), los productores agrícolas hayan decidido paralizar las exportaciones hasta saber qué va a pasar con toda la región. Medida que está generando mayor volatilidad en los mercados mundiales de commodities primarios y que se suma a la nueva ley agrícola de EEUU como factores perturbadores en los precios de estos productos básicos.