¿Quién apuesta al novillo pesado?
La carne argentina tiene un valor claramente desaprovechado si observamos el undécimo puesto que se ocupa en la tabla de países exportadores.
|Que la carne argentina se haya colado esta semana en la Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos en medio de la primera audiencia entre los fondos buitre y los representantes legales de nuestro país por el cobro de más de 1300 millones de dólares de deuda sorprende y merece alguna reflexión.
Que el juez John Breyer, al argumentar sobre los activos argentinos que pueden ser embargables en el exterior, puede hacer una alusión a nuestros "famosos y sabrosos bifes" prueba una vez más que la marca o imagen que tienen las carnes argentinas como la mejor del mundo sigue intacta. Es más que probable que el juez Breyer no haya probado nunca un bocado de nuestras carnes. No importa. En su imaginario, el producto argentino derrota hasta a sus Bone-In Rib Eye, un corte muy popular en los Estados Unidos.
En ese intangible hay un activo que tiene un valor claramente desaprovechado si observamos el undécimo puesto que se ocupa en la tabla de países exportadores. Algo así como si un equipo grande y con el mejor plantel se fuera al descenso.