El girasol pelea para volver a crecer
Hoy, la recaudación por retenciones de girasol significa el 1% del total de los derechos de exportación de los productos agropecuarios.
Luis Arias, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR)
“Hemos concluido una de las peores campañas de girasol de los últimos 40 años. La superficie fue de alrededor de 1.400.000 hectáreas y la producción final estuvo en 2.300.000 toneladas”, sostuvo Luis Arias, presidente de la Asociación Argentina de Girasol (ASAGIR), durante la apertura del 6º Congreso Argentino de Girasol que comenzó esta mañana en el Sheraton Retiro de la ciudad de Buenos Aires. En el 2000, Argentina tenía una participación del 53% del comercio internacional de aceite de girasol (Ucrania solamente un 15%). Hoy es del 8% mientras Ucrania comercializa el 55%.
“La mayoría de los 3000 a 4000 productores de girasol que tiene el país, muchos de ellos pequeños y medianos, necesitan seguir contando con las bondades y la nobleza de este cultivo”, dijo Arias y amplió: “al disminuir la producción nacional corremos el riesgo de quedarnos sin saldo exportable, aumentando la capacidad ociosa de molienda, con el impacto negativo que esta situación trae en la industria procesadora, principalmente en aquellas destinadas a la exportación y consecuentemente a los empleos que demandan. Esta historia ya la vivimos con la cadena del trigo, la carne y la leche. Estamos a tiempo de evitarnos el mismo camino”.
“¿No es un absurdo tener una baja e insignificante recaudación (1%) y seguir manteniendo elevadísimas retenciones?”, disparó el productor que preside la cadena del girasol. “Si el abastecimiento del mercado interno está garantizado y el precio en la góndola acompaña al poder adquisitivo del consumidor al estar subsidiado por la industria aceitera a través de un fideicomiso privado, ¿cuál es la razón de seguir insistiendo con este arancel para un cultivo que se exporta con agregado de valor?”, argumentó.
“Si bien tenemos debilidades propias de la cadena y enfrentamos amenazas externas, la elevada carga tributaria y el 32% de derechos de exportación para el grano y 30% para el aceite y harinas son una pesada mochila que frena e impide potenciar las fortalezas del girasol”, dijo Arias a la audiencia reunida en el Sheraton de Buenos Aires.