La Selección, en cuartos con un Ángel aparte
Argentina, con un gol agónico de Ángel Di María en el segundo tiempo suplementario, le ganó a Suiza por 1 a 0 y avanzó a los cuartos de final del Mundial de fútbol Brasil 2014.
Argentina, con un gol agónico de Ángel Di María en el segundo tiempo suplementario, le ganó a Suiza por 1 a 0 y avanzó a los cuartos de final del Mundial de fútbol Brasil 2014, en un dramático partido que se jugó en el Arena Corinthians de San Pablo teñido de celeste y blanco.
El rosarino Di María, a los 12 minutos del segundo tiempo suplementario, marcó el gol que puso -por tercera edición consecutiva- al seleccionado argentino entre los ocho mejores del mundo.
Argentina, ganador del Grupo F con puntaje ideal, tras vencer a Bosnia (2-1), en Río de Janeiro; Irán (1-0), en Belo Horizonte y Nigeria (3-2), en Porto Alegre, buscará un lugar en semifinales ante el vencedor de la llave que Bélgica y Estados Unidos jugaban a continuación en Salvador.
Lionel Messi, autor de cuatro de los siete goles convertidos por el equipo "albiceleste", fue clave en la jugada que definió el encuentro, tras realizar una estupenda ´apilada´ y habilitar a Di María, que definió con clase ante el casi imbatible Diego Benaglio.
Argentina, que se plantó con un 4-4-2, que mutó en un 4-3-3 cuando atacó, asumió el protagonismo, tuvo la pelota un 60 por ciento del tiempo, pero careció de profundidad, a partir de una línea de volantes muy estática, pero fundamentalmente por el cerrojo defensivo de Suiza, que dispuso un 4-2-3-1 muy conservador.
El equipo de Sabella nunca le encontró la vuelta al partido, ya que -al igual que todo el Mundial- dependió exclusivamente de Messi, que estuvo controlado por una defensa escalonada.
Es que ni Di María por la izquierda ni Ezequiel Lavezzi por derecha (luego intercambiaron posiciones) gravitaron en el juego y Fernando Gago, como en los partidos anteriores, lució impreciso en ese primer pase que Messi necesita para sacarse rivales de encima.
Así, con un Messi anulado por la marca de la línea media suiza, Argentina se quedó sin respuestas futbolísticas para inquietar a Diego Benaglio, sumado a esto el flojo nivel de Gonzalo Higuaín, que sigue sin marcar en el torneo.
De hecho el equipo que dirige el alemán Ottmar Hitzfeld, mediante un par de contraataques, dispuso de dos llegadas claras, tal vez las más peligrosas del los 45 minutos iniciales.
Primero Granit Xhaka (27m.) y después Josip Drmic (38m.) exigieron sendas buenas respuestas de Sergio Romero.
Más allá de eso, el equipo argentino tuvo sus chances, con Lavezzi (28m.), Ezequiel Garay (29m.) y Di María (40m.), pero no fruto de un fútbol fluído.