Lluvias dañaron sistema de riego en zona de Alto Valle

El Alto Valle de las provincias de Río Negro y Neuquén, región productora por excelencia de peras y manzanas, enfrenta graves problemas -de cara a la primavera y verano próximos- relacionados directamente con el riego de las chacras. Se trata de una región muy seca en esas estaciones del año y el agua es distribuida de forma artificial por sistemas de canales que fueron construidos hace más de 100 años en una obra extraordinaria de más de 130 kilómetros de extensión (producto del conocimiento y el esfuerzo de quienes la llevaron a cabo y de las generaciones posteriores que la mantienen).

Sin embargo, esta obra quedó seriamente dañada por el impacto de un inusual temporal de lluvias que en abril afectó a toda la región. Algunos de los daños más significativos fueron banquinas arrasadas, placas de concreto descalzadas, placas y sifones con importantes roturas y desplazamiento de talud.

Frente a este escenario, los consorcios de riego de la región continúan realizando un trabajo contra reloj con recursos propios que hasta ahora han sido insuficientes para soportar las consecuencias del desastre provocado por el mencionado temporal. Hablar de trabajos denodados contra reloj implica aludir a que si no se logra terminar de reparar las obras, existen serios riesgos de perderse más de 100.000 puestos (directos e indirectos) laborales, un millón y medio de toneladas de frutas, el trabajo de muchas generaciones y además el agua para muchas ciudades del Valle: los inconvenientes no sólo afectan la producción de frutas, también la calidad de vida de la población.