Gramíneas resistentes: ¿qué estamos esperando?

Es momento de controlar estas malezas difíciles. En un informe, Aapresid brinda herramientas, técnicas y recomendaciones de manejo para tener cultivos limpios y sanos.

Gramíneas resistentes: ¿qué estamos esperando?
30deSeptiembrede2014a las09:00

Los fuertes cambios producidos en los sistemas productivos agropecuarios durante los últimos veinte años (incorporación masiva de cultivos resistentes a glifosato, aplicación de herbicidas basado en muy pocos principios activos -mayormente glifosato-, avance del monocultivo de soja y la adopción generalizada de la siembra directa, entre otros) significaron cambios también en las comunidades de malezas que compiten con los cultivos. Así, se destaca como uno de los cambios más significativos, la proliferación de especies gramíneas, tanto anuales como perennes, cuya interferencia puede ocasionar pérdidas significativas en la empresa agropecuaria.

De las doce especies declaradas resistentes en nuestro país, ocho, es decir dos tercios de las mismas, pertenecen a la familia de las gramíneas (Tabla I). Esto coincide con lo que se observa a nivel mundial donde esta familia presenta el mayor número de casos de resistencias confirmadas, alcanzando las setenta y cinco especies.

Tabla I: Gramíneas resistentes a herbicidas en Argentina

De las ocho especies gramíneas confirmadas con biotipos resistentes en nuestro país, siete presentan resistencia a glifosato, mientras que Avena fatua posee biotipos resistentes a graminicidas ACCasa. Por su parte, Lolium multiflorum no sólo presenta biotipos resistentes a glifosato sino también a graminicidas ACCasa e inhibidores de la ALS, siendo el primer caso de resistencia múltiple en Argentina. En alerta amarillo se encuentra Digitaria insularis, con sospecha de resistencia a glifosato.

Simultáneamente, al considerar la problemática de gramíneas de difícil control, se deben tener en cuenta las malezas gramíneas tolerantes a glifosato que se encuentran en expansión y también dificultan el manejo de los sistemas productivos. En este grupo encontramos especies como Pappophorum caespitosum (perenne) y otras de los géneros Chloris (anuales y perennes) y Trichloris (perennes) (Tabla II, ver archivo adjunto).

Presionando el sistema

Ante este panorama los planteos de control con herbicidas se están basando cada vez más en aplicaciones secuenciales de graminicidas postemergentes del grupo de inhibidores de la ACCasa, tanto DIM como FOP (Haloxifop, Fenoxaprop, Propaquizafop, Quizalofop, Cletodim, principalmente), como lo indica una reciente encuesta realizada por REM. Esto implica un riesgo muy alto de aparición de biotipos resistentes, tanto en biotipos ya resistentes a glifosato –generando así resistencias múltiples- como en aún susceptibles. 

A nivel mundial, este mecanismo de acción herbicida se encuentra en tercer lugar (detrás de los inhibidores de ALS y Fotosistema II) entre los que mayor número de casos de resistencia han reportado, con 46 especies gramíneas, dentro de las cuales se encuentran Echinochloa colona, Eleusine indica, Lolium multiflorum, Lolium perenne y Sorghum halepense, todas ya resistentes a glifosato en Argentina.