Fino manejo para una cebada de calidad

En el marco de un encuentro dirigido a técnicos y productores, expertos en el cultivo ofrecieron consejos para conseguir un grano de calidad cervecera.

El manejo, la fertilización y la sanidad, los pilares clave. Vibrance Gold, el nuevo tratamiento de semillas que aporta una completa protección contra hongos.

El manejo, la fertilización y la sanidad, los pilares clave. Vibrance Gold, el nuevo tratamiento de semillas que aporta una completa protección contra hongos.

03deOctubrede2014a las11:42

La cebada de calidad exige un manejo del cultivo de extremo cuidado y precisión. Con el objetivo de aportar información técnica actualizada, Syngenta organizó en Tres Arroyos, en la provincia de Buenos Aires, la novena edición del encuentro para productores y técnicos.

De cara a la presente campaña, el exceso de agua que ya afecta la región del sudeste bonaerense se erige como uno de los aspectos más relevantes, puesto que –de persistir– podría dar lugar a cuantiosas pérdidas. En este contexto, y a fin de evaluar la posible evolución del cultivo en condiciones de anegamiento, debe tenerse en cuenta la combinación de varios factores, como la sensibilidad de los materiales, la etapa en la que se ven sometidos a excesos hídricos y las condiciones climáticas en los días posteriores al anegamiento.

Sobre el tema se refirió el ingeniero agrónomo Daniel Miralles, de la UBA: “Las lluvias retrasaron la cosecha del cultivo antecesor y también la siembra de la cebada, por lo que uno de los factores más importantes será la correcta elección del ciclo de los cultivares. El objetivo será la ubicación del período crítico del cultivo y su llenado en una fecha tal que minimice los riesgos de heladas tardías o golpes de calor, que podrían afectar los rindes y tener efectos sobre el calibre comercial y la calidad industrial”.

Asimismo, Miralles indicó que si la siembra se atrasara por falta de piso, caerían las perspectivas de rinde, puesto que se movería el período crítico a condiciones menos favorables de radiación y temperatura. “Las pérdidas por cada día de atraso pueden llegar hasta los 50 kilogramos por hectárea. La caída del rinde frente al rechazo de la fecha de siembra depende de cada variedad, de modo que se recomienda seleccionar las de mejor comportamiento para contrarrestar este efecto”, opina.

En el caso de que el atraso se prolongue, Miralles recomienda tratar de mantener la fecha de floración a partir de la elección de un cultivar de ciclo más corto. “Cuando el anegamiento se produce durante la etapa de macollaje, el cultivo pierde el macollo principal. Si el agua se retira a tiempo, vuelve a macollar, aunque por ello mismo se retrasa la floración. Las bajas esperables de rinde son del orden del 30 por ciento, pero el cultivo tiene posibilidades de terminar su ciclo”, añade.

“El anegamiento tardío genera mucho más daño que el anegamiento temprano, sobre todo en años cálidos. En el caso de que el anegamiento ocurra desde la encañazón en adelante –con el cultivo más sensible–, las mayores pérdidas de rinde se dan en momentos cercanos a la antesis y período crítico. Las pérdidas pueden ser totales, con muerte de las raíces por anoxia”, afirmó.

De la cebada a la cerveza