Una herramienta que protege al maíz contra la sequía

Investigadores de la FAUBA hallaron buenos resultados con el uso de promotores de crecimiento. Los ensayos apuntan a hacer una agricultura más sustentable.

"Aumentó el número y peso de granos y también su peso hectolítrico y su contenido de proteína cruda" indicó José Alfredo Curá, profesor de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA.

"Aumentó el número y peso de granos y también su peso hectolítrico y su contenido de proteína cruda" indicó José Alfredo Curá, profesor de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA.

02deDiciembrede2014a las10:53

Investigadores de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA encontraron respuestas significativas con el uso de bacterias promotoras del crecimiento vegetal que fijan nitrógeno, solubilizan fósforo y permiten minimizar el impacto del déficit hídrico en el cultivo de maíz.

"Apuntamos a proteger la productividad de uno de los cultivos extensivos con mayores costos de implantación, con bacterias que actúan sobre una etapa temprana de las plantas, cuando sólo tienen entre 20 y 24 días", explicó José Alfredo Curá, profesor de la cátedra de Bioquímica de la FAUBA, quien dirige los trabajos de investigación junto a un equipo de tesistas, financiados por subsidios de la UBA (UBACyT).

"Trabajamos con bacterias que pueden promover el crecimiento de las plantas, fijar nitrógeno, solubilizar fósforo y actuar como antagonistas de algunas enfermedades. Además, estudiamos cómo minimizar el efecto del déficit hídrico, durante etapas tempranas del cultivo de maíz", detalló.

Mejor nutridos, con más rindes

Las investigaciones llevan cinco años de trabajo en la cátedra de Bioquímica de la FAUBA para avanzar en el estudio de la interacción de estas bacterias con el cultivo de maíz. "El objetivo es utilizar bacterias que solubilizan el fósforo y bajar las dosis de fertilización, para lograr una buena productividad con menos insumos", dijo Curá, y agregó: "Queremos hacer una agricultura más sustentable". 

Los ensayos a campo se realizan en la localidad bonaerense de San Antonio de Areco, sobre suelos que presentan bajos niveles de fósforo, un nutriente que es deficitario en gran parte del área agrícola de la Argentina y que, al mismo tiempo, constituye uno de los mayores costos para implantación del cultivo. Allí se probaron distintas combinaciones de cuatro bacterias, entre ellas Serratia sp. y Herbaspirillum sp. que fijan nitrógeno y solubilizan fósforo, con tres niveles de dosis de fertilización.