Tucuras: una plaga que merece atención
El oeste y sudoeste de Buenos Aires, la provincia de La Pampa y sur de Córdoba son las actuales áreas en problemas. En la mayoría de las zonas se presenta al estado de “saltonas”.
La dispersión de tucuras convertidas en adultas podrían hacer peligrar pastos y cultivos que estuvieren sufriendo estrés hídrico
La vigilancia y el oportuno control de tucuras en sus zonas de cría son aspectos fundamentales y críticos, atendidos por el Programa Nacional de Monitoreo y Control de Tucuras. El énfasis en la oportunidad apunta preferentemente al control de la plaga mientras se encuentra en estado de saltonas, antes de su masiva dispersión con ingentes daños.
"El control temprano de las tucuras, cuando el número de individuos y su estadio es más proclive a productos químicos de mayor inocuidad y por ello más amigables con el medio ambiente, es la herramienta moderna para controlar la plaga" (Progr. Nac. de Mon. y Control de Tucuras, 2009).
No tener en cuenta la premisa de un eficiente control en estadios anteriores al estado adulto de la tucura, sería como negar la importancia de controlar al mosquito transmisor del Dengue en su estado juvenil o larval.
Obviamente que sería prácticamente imposible evitar que una parte de la población de tucuras lleguen a su estado adulto, sobremanera en aquellos años caracterizados por condiciones de sequía prolongadas durante el invierno y primavera, las que contribuyen al desarrollo explosivo de sus poblaciones. Cuando las tucuras alcanzan el estado adulto con altas densidades poblacionales, son de gran riesgo para la producción vegetal por su alta capacidad de vuelo a grandes distancias y por su ingesta y demostrada capacidad de producir daños.
Las tucuras adultas en años de seca, como el caso extremo de la campaña 2008/9, muestran un potencial de dispersión en varios millones de hectáreas y riesgo de alto impacto sobre pastizales naturales y cultivados así como sobre cultivos graníferos.