Se desarrollaron dos nuevas variedades de durazno
El INTA San Pedro presentó dos nuevas variedades de durazno que se adaptan a la zona del norte bonaerense. Además se inscribieron seis cultivares, que ya se producen en la región, en el INASE.
Técnicos del INTA desarrollaron dos nuevas variedades de durazno denominadas “Querandí INTA” y “Eusebio”. Ambas prosperan en la zona frutícola del norte bonaerense y, por sus características agronómicas, la primera se adecua a la producción familiar mientras que la segunda tiene un mayor potencial para su cultivo a escala comercial.
Además se inscribieron otras seis variedades, que ya se producen en la región, en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE).
“La investigación para la obtención de nuevas variedades responde a un interés que nunca decae en el productor frutícola”, señaló Gabriel Valentini, especialista del INTA San Pedro (Buenos Aires), quien también agregó: “Es fundamental obtener variedades con características mejoradas, ya que eso facilita el acceso de la producción al mercado interno y, por lo tanto, la sostenibilidad de los productores”.
QUERANDI INTA
Esta especie se destaca por el carácter temprano de su cosecha –desde el 18 de noviembre hasta el 5 de diciembre–, si se tiene en cuenta que el período de cosecha de duraznos en la zona se extiende hasta el mes de marzo. Desarrollada a partir de materiales genéticos disponibles en las colecciones del INTA San Pedro, esta variedad comienza a florecer hacia el 25 de agosto y finaliza alrededor del 10 de septiembre.
Con respecto al fruto, este es un durazno de pulpa amarilla –con una textura similar a la de los duraznos que se utilizan para enlatar–, firme, ligeramente fibrosa y con un carozo bastante adherido a la pulpa. Su piel es de color amarillo con un sobrecolor rojo que puede ocupar hasta el 70% de la superficie, y su peso promedio ronda los 150 gramos.