Con el estancamiento de la lechería los tambos siguen rifándose

Nada cambia en la política lechera, sus funcionarios se salvan y los propios tamberos se entregan al destino del martillo en cada subasta.

Lo ideal sería tener políticas que puedan impulsar al sector, pero la voluntad no existe para cambiar el destino de un sector fundamental que se hunde trabajando.

Lo ideal sería tener políticas que puedan impulsar al sector, pero la voluntad no existe para cambiar el destino de un sector fundamental que se hunde trabajando.

23deJuniode2015a las12:08

El viernes por la tarde los corrales de la Sociedad Rural de Rafaela se colmaron con los mejores ejemplares Holando de la principal cuenca lechera argentina, ya que con la convocatoria de la Cooperativa Guillermo Lehmann se desarrolló el segundo Remate de las Cabañas Lecheras.

Varias horas de subasta que debían servir como un espacio de celebración de la calidad argentina, encuentros que no dejan de ser sociales, contuvieron precios que no dejan de demostrar el estancamiento de la lechería, más allá de la cantidad de ventas que sorprendieron a muchos, aunque los valores estén detenidos en el tiempo.

Dentro de todo el material disponible en la jornada, una categoría que se destacó fue la de reproductores, consiguiéndose el precio máximo de $ 40.000, por un toro de Cabaña “La Lilia” de Onelio Barberis e hijos que fue adquirido por la firma de Martinich y Boasso.

En cuanto a las vaquillonas adelantadas se destacó un trío de ejemplares de Cabaña “La Lilia”, el cual fue adquirido por el Néstor Dupertuis a un precio de $ 30.500 cada una.

Por fuera de esas categorías, y dentro de los más de 450 ejemplares que conformaron el remate, se obtuvieron muy buenos precios.

Inversiones

Uno de los cabañeros sostenía en la fría tarde que “tal como los precios de la leche siguen siendo los mismos o más bajos que el año pasado, en el remate también se mantienen los números”, porque el sector no logra repuntar y esto se nota en la falta de entusiasmo en un evento que debería abrir la puerta de un invierno que prometerá gran producción hacia la primavera.