"No hay regla general, sólo hay que estar mirando el ambiente"
Diversos especialistas comentaron las tecnologías que se vienen en maíz, soja y girasol, y cómo deben considerarse dentro de un conjunto de factores.
Gustavo Ferraris, de INTA, en el panel: "Tecnologías que debemos tener en cuenta".
Gustavo Ferraris, del INTA, hizo un repaso de tecnologías ligadas al maíz, en variedades, herbicidas e insecticidas, y comentó aprendizajes en cuestiones de manejo, en distintas condiciones en el marco de MAIZAR 2015. “La resistencia a herbicidas cobra un rol fundamental, primero RR y después otros. Con la creciente problemática de resistencia de malezas al glifosato, otros sistemas están cobrando valor”.
El experto destacó que “hubo avances en el conocimiento de las principales enfermedades, y se han desarrollado grupos químicos de fungicidas que marcan un salto en las posibilidades de control”.
“El conjunto de estos conocimientos posibilitó la revolución que es el maíz tardío, con mayor estabilidad frente a procesos de sequía, que permite transformar un maíz de 3.000 kilos en Pergamino en uno de 10.000”.
Para el especialista, “el pronóstico climático es una excelente arma para decidir la fecha de siembra. Precipitaciones de primavera o verano son mejores para siembras tempranas, que definen rendimiento a fin de primavera. En años neutros hay déficit de agua hacia fin de año y más precipitaciones en marzo, que le da más chances a las variedades tardías, igual que en años Niña”.
Sin embargo, hay ambientes en que se puede decidir lo inverso, en función del nivel de agua de las napas freáticas. “No hay regla general: siempre la regla es que hay que estar mirando el ambiente”.
Nutrientes: Nitrógeno y Fósforo
Tras comentar distintas tecnologías de manejo que utilizan el cultivo como indicador, recalcó que prolongar el barbecho acumula más nitrógeno en el suelo. “La dosis de nitrógeno que tenemos que poner en un maíz tardío es menor, siempre y cuando sea sobre barbecho y no sobre un cultivo exigente”.
En cuanto a fósforo, señaló que es un nutriente que hay que medir en el largo plazo. “El primer año los rendimientos suelen oscilar en 10 a 15%, pero en un ensayo de 8 años, hay diferencias de hasta 60%, porque los cultivos aprovechan lo de los años anteriores”.