¿Cómo le pegan al suelo 100 años de agricultura?
Un estudio exhibido en Rosario mostró la pérdida de fósforo, materia orgánica y zinc en la zona núcleo.
Huarte (der.) sacó 19.000 kilos de maíz en un lote de Alcorta en el sur de Santa Fe.
“Los productores de la pampa húmeda central estamos sobre un manto mágico que durante generaciones ha permitido hacer un uso del suelo a gusto y piacere, pero eso se terminó y para cambiar esta visión hay que buscar soluciones técnicas”, disparó el ingeniero Gastón Huarte, responsable técnico de la firma Jakas, Kokic e Ivancich.
La empresa, de raíces croatas, ostenta en la última campaña el récord de rendimiento de maíz, que en un lote alcanzó los 190 quintales por hectárea (qq/ha). El campo que la firma tiene en Alcorta, Santa Fe, forma parte de los Módulos de Ensayos Permanentes (MEP), una propuesta de Nidera que a partir del análisis comparativo de suelos que tienen nada menos que 100 años de agricultura (o más) y otros lugares sin intervención, busca desarrollar un plan para corregir las deficiencias que van surgiendo.
En uno de los talleres durante el congreso de Aapresid, Huarte sostuvo que “un primer dato elocuente que recogimos fue la diferencia entre tres áreas: las que han estado en producción durante 100 años tenían 13 partes por millón (ppm) de fósforo, 3,5% de materia orgánica y 0,8 ppm de zinc; un sector con 50 años de protección, lindero al alambre, mostró 30 ppm de fósforo, 3,91 % de materia orgánica y 3,1 ppm. de zinc; y, finalmente, suelos en estado natural, sin historia agrícola, mostraron 191 ppm de fósforo, 4,41% de materia orgánica y 55 ppm. de zinc”.