Inundaciones: la obra sin fin que se podría haber hecho dos veces

Costaba US$ 1800 millones, el fondo hídrico recaudó US$ 3300 millones, pero sólo se hizo un 40% del trabajo; los motivos del olvido en los últimos años.

|
En O'Higgins, Chacabuco, Leandro e Ignacio Daffunchio entran en canoa al campo. Foto: Santiago Hafford

En O'Higgins, Chacabuco, Leandro e Ignacio Daffunchio entran en canoa al campo. Foto: Santiago Hafford

22deAgostode2015a las12:40

En la década ganada que proclama la presidenta Cristina Kirchner se podría haber terminado casi dos veces el Plan Maestro Integral del Río Salado, algo vital ante inundaciones como la actual, pero ni siquiera se completó una vez. El plan, que elaboró entre 1998/1999 la consultora internacional Halcrow, estimó un plazo de ejecución de 11 años con un costo de US$ 1800 millones. El fondo hídrico creado para financiar obras con alícuotas a las naftas y el GNC recaudó desde 2002 un equivalente a US$ 3300 millones [considerando la evolución del dólar oficial al 31 de diciembre de cada año], casi el doble de lo que se necesitaba para el Salado, y sólo se concretó, según los expertos, casi 40% de la obra.

Con las interrupciones que hubo, en el promedio de los últimos diez años se avanzó, de acuerdo a fuentes consultadas, en el equivalente a unos cuatro kilómetros por año. Si se siguiera el mismo perezoso ritmo hay voces que indican que recién podría concluirse para 2035. Los más optimistas creen que se podría terminar en cinco años sólo si se trabajara al máximo potencial de obra y sin restricciones de financiamiento.

Para muchos, el Salado es como el río Mississippi en los Estados Unidos, que cruza el país. Aquí atraviesa entera la provincia de Buenos Aires. La superficie afectada por las obras se determinó en 170.000 kilómetros cuadrados, pero el plan no se terminó. Y esta carencia hoy tiene un efecto expansivo en especial para la parte media de la cuenca.

¿Qué pasó que no se concluyó? Para Carlos Brown, ex ministro de la producción en la provincia de Buenos Aires y actual diputado nacional por el Frente Renovador, un motivo clave es que en 2006 el kirchnerismo hizo modificar el sentido del fondo hídrico con una ley. De la especificidad rural se pasó a hablar de saneamiento, lo que abrió la puerta a que se fuera dejando de lado el fin y se volcara a atender más el conurbano por una cuestión electoral.