Un tapón obstruye la salida del Salado

Obras inadecuadas, como los dos muros de tres metros de altura que sin compuertas actúan como diques de contención de aguas en las bocas de los canales 15 y 10, aumentan los riesgos de inundación.

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Riesgos de inundación en miles de hectáreas de toda la cuenca.

Riesgos de inundación en miles de hectáreas de toda la cuenca.

26deSeptiembrede2015a las05:58

Las intensas lluvias que arrojaron un enorme volumen de aguas sobre la provincia de Buenos Aires dejaron en evidencia que lo realizado en el marco del Plan de Obras del Río Salado ha resultado insuficiente o inadecuado. Las aguas, aún en descenso como están en este momento, continúan inundando muchas hectáreas de los partidos de Pila, Castelli y Roque Pérez, entre otros distritos.

Atento a esta realidad, la parte más cercana a la desembocadura en la bahía de Samborombón y la más comprometida actualmente deberá ser tenida en cuenta para evitar episodios recurrentes.

Si bien en este tramo las obras de dragado ya están concluidas, en las últimas crecientes han demostrado ser insuficientes.

Sucede que en tiempos normales el flujo de agua que corre por el río Salado drena principalmente por el canal 15, una vía de descarga distante a unos treinta kilómetros de su desembocadura, que marcha en línea recta hacia el Río de la Plata. Del canal 15 en adelante, el río Salado va perdiendo caudal y profundidad (en este tramo no fue dragado), sobre todo tras el nacimiento del canal 10 o canal aliviador. Esta vía de descarga del río se construyó durante la segunda mitad de la década de los años ochenta. Desde ese punto, conocido como El Rincón Grande, hacia la desembocadura (15 kilómetros al Este), el río Salado no supera actualmente, en sus partes más profundas, un metro y medio de profundidad y su cauce marcha sobre un lecho barroso que choca con los bancos de arena de la ribera de la bahía y con las mareas del estuario rioplatense.

Varios productores, que aguas arriba tienen inundados sus campos culpan a ese escaso escurrimiento del río y observan también en forma muy crítica a las dos obras de control ubicadas en el nacimiento de los canales 15 y 10. Son dos muros de unos tres metros de profundidad, sin puertas, y que tienen el objetivo de retener las aguas dulces en tiempos de sequías y de no permitir el ingreso de las mareas que avanzan en sentido inverso al curso de las aguas dulces. Pero en tiempos de excesos de lluvia, al no tener compuertas terminan actuando como diques que sólo permiten el paso del agua una vez que son rebalsados.