Cómo lograr una buena implantación a pesar de las plagas

La mayoría de las plagas de suelo que afectan la implantación de los cultivos encuentran refugio y alimento en los primeros cinco centímetros, junto al rastrojo en descomposición.

El monitoreo previo a la siembra, los insecticidas de semilla y cebos con atrayentes resultan factores clave en la etapa de implantación.

El monitoreo previo a la siembra, los insecticidas de semilla y cebos con atrayentes resultan factores clave en la etapa de implantación.

13deNoviembrede2015a las08:14

Para lograr que el cultivo exprese su máximo rendimiento en cantidad y calidad, es fundamental comenzar con la densidad de plantas recomendada, al igual que una distribución y emergencia uniformes. Sin embargo, una buena siembra y uniformidad en la emergencia implica que se ha tenido en cuenta una estrategia para contener las plagas del suelo.

Convocado por Syngenta, el ingeniero agrónomo Javier M. Vázquez –asesor privado y especialista en control de plagas agrícolas– explica que, a partir de la estabilidad del sistema y tras varios años de siembra directa, tiene lugar un aumento en abundancia y diversidad en la fauna del suelo, compuesta en su mayoría por invertebrados moluscos (caracoles y babosas), anélidos (lombrices) e insectos. “Algunos de estos organismos se comportan como plagas, mientras que otros son reguladores de éstas o actúan en la descomposición y humificación de los residuos orgánicos, en la movilización de macro y micronutrientes y en la estructuración y agregación del suelo”, opina.

ingeniero agrónomo Javier M. Vázquez, asesor privado y especialista en control de plagas agrícolas.

Muchos organismos de suelo participan de manera directa o indirecta en la descomposición de los residuos vegetales, como es el caso de los bichos bolita. “La mayor concentración de la fauna de suelo (plagas entre ellas) se desarrolla y vive en los primeros cinco centímetros, junto al rastrojo en descomposición, que es el mismo espacio que ocupan las semillas. El uso racional de los recursos implicaría mantener los organismos que dañan los cultivos por debajo de los umbrales de control, aprovechando los beneficios de su presencia”, añade el especialista.

“La intensidad de los daños ocasionados por las plagas de suelo durante la implantación de los cultivos puede ser menor al 1% y superar en otros casos el 80%, conduciendo a la resiembra”, afirma, al tiempo que señala que la primera herramienta de la que dispone el productor es el monitoreo, que debe ser de carácter preventivo. “El período de implantación es corto, y si el problema de plagas está instalado los daños serán inevitables”, asegura.