El poder de los polinizadores en los cultivos agrícolas

La preservación de insectos polinizadores puede beneficiar de manera notable al sistema agrícola en muchos aspectos, incluso en sus rindes.

Biodiversidad y producción: Paisajes Multifuncionales en Argentina.

Biodiversidad y producción: Paisajes Multifuncionales en Argentina.

19deNoviembrede2015a las08:11

Los paisajes agrícolas en Argentina a menudo carecen de la diversidad y abundancia de flores que los polinizadores necesitan para sobrevivir y actuar sobre los cultivos. Desde hace tiempo, investigadores y referentes del espacio agrícola se preguntan si la forma de agricultura que se ha impuesto en la Argentina en los últimos años es sustentable a corto y mediano plazo. ¿Qué debería hacerse diferente? ¿Qué nuevas investigaciones pueden ser incorporadas para detener la erosión de los suelos, los crecientes problemas de malezas e insectos resistentes y, de ese modo, beneficiar al sistema agrícola en su totalidad? ¿Qué papel juegan los polinizadores en el esquema productivo?

A principios de este mes, en la Estación Experimental que Syngenta tiene en Santa Isabel (al sur de Venado Tuerto, en la provincia de Santa Fe) se presentó el programa de Paisajes Multifuncionales, un proyecto global que tiene como objetivo aumentar el número de polinizadores en paisajes agrícolas, evaluando distintas combinaciones de vegetación nativa con los cultivos de producción.

Relación de las plantas con los polinizadores

Según explicó el doctor Marcelo Aizen, de la Universidad de Comahue e investigador del Conicet, más del 90 por ciento de las plantas depende en mayor o menor medida de los polinizadores, incluyendo los principales cultivos a nivel mundial. “De forma indirecta, los polinizadores son responsables de semillas, vitaminas y nutrientes, pasturas, producción de productos no maderables y plantas medicinales. A pesar de sus diversas funciones, suele hablarse de una sola especie de polinizadores, pero lo cierto es que existe una gran diversidad. Por ejemplo, sólo en abejas hay más de 20 mil especies”, señala.

Más del 90 por ciento de las plantas depende en mayor o menor medida de los polinizadores.

“Aumentar la biodiversidad incrementa el número de polinizadores, permite crear un hábitat para pequeños mamíferos y aves, contribuye a reducir la erosión del suelo y a proteger valiosos recursos hídricos. Desde el punto de vista productivo, mejora el rendimiento de cultivos y su calidad, reduce costos asociados a servicios de polinización, aumenta la biodiversidad en los campos y la sustentabilidad de los cultivos. La preservación de insectos polinizadores (tanto abejas melíferas como otros insectos) puede beneficiar notablemente al sistema agrícola en muchos aspectos y hasta en los rindes”, amplía Aizen.

Según estudios, se observan incrementos de rindes de más del 20 por ciento en cultivos como girasol, alfalfa y colza (los tres preferidos por los polinizadores), y algo menores en otros cultivos.

Con el propósito de transmitir esta idea a los productores y lograr que la incorporen, doctor Santiago Poggio, docente de la UBA, investigador del Conicet y responsable de la coordinación de la iniciativa de los Paisajes Multifuncionales en Santa Isabel, explica: “Hoy en día en la Facultad de Agronomía de la UBA conviven estudiantes de agronomía con estudiantes de ciencias ambientales, y ambos tienen perfiles muy distintos. Los primeros se enfocan más en lo productivo y los segundos en la conservación y lo biológico. Esta convivencia indica que en un futuro cercano la visión de los nuevos asesores será diferente a la que ofrece la generación actual, que es la que viene trabajando en el campo en las últimas dos décadas. Hoy no hay una política agraria que incluya objetivos de conservación”.