¿Se puede frenar el éxodo apícola?

A pesar del reconocimiento internacional que tiene por su destacada calidad la miel argentina, tampoco pudo zafar de los efectos negativos que algunas medidas de la política económica tuvieron sobre la producción agropecuaria local.

Fue imparable el retroceso que se registró por muy distintas razones.

Fue imparable el retroceso que se registró por muy distintas razones.

28deNoviembrede2015a las09:29

A pesar del reconocimiento internacional que tiene por su destacada calidad la miel argentina, tampoco pudo zafar de los efectos negativos que algunas medidas de la política económica tuvieron sobre la producción agropecuaria local. Así, en los últimos años, fue imparable el retroceso que se registró por muy distintas razones, y que llevó a que los volúmenes cayeran casi a la mitad de los que se obtenían en los primeros años del siglo, cuando se llegaron a rondar las 110.000 toneladas por año.

La caída también fue acompañada por la desaparición de miles de apicultores que hoy se estiman en no más de 28.000 o 30.000 (unos 6.000 o 7.000 menos que hace una década), y hasta por el corrimiento de zonas que, paulatinamente, se fueron alejando del corazón agrícola. El grueso de lo obtenido sigue lográndose en 5 provincias centrales: Buenos Aires, La Pampa, Entre Ríos, Santa Fe y Córdoba.

Es que entre las muchas razones para la decadencia, la agricultura continúa (sin rotación ganadera) y la casi "monocultura" de soja que impuso la política oficial afectaron sensiblemente a las colmenas, debido a las continuas fumigaciones y a la falta de plantas hospederas que brinden protección a las abejas.