Uruguay: trigo y cebada con rendimientos récord
Una guía para la decisión de los hombres de campo para el momento de tener que optar sembrar maíz o soja de segunda sobre las parcelas donde se cultivó trigo.
Los reportes de rendimientos sorprenden con productividades excepcionalmente altas.
El rendimiento de los cultivos de invierno será el mayor de la historia en Uruguay. Y eso en un año Niño tiene doble mérito. Se suponía que las lluvias se llevarían algo del rendimiento causando enfermedades por hongos, lo típico de los años Niño, en el que las lluvias son mayores a lo normal y a lo que toleran ambos cultivos originados en el semidesierto de la Mesopotamia.
Pero no fue así. Las lluvias fueron las justas y las noches frías de la primavera hasta el final del cultivo permitieron cosechones. En el trigo hasta el cierre de noviembre faltaba algo menos del 50% del área por cosechar, aunque con la capacidad de siembra disponible y los días secos se podrá casi cerrar la recolección antes de la primera mitad de diciembre.
Los reportes de rendimientos sorprenden con chacras de productividades excepcionalmente altas. Operadores privados y técnicos del gobierno le ponen un piso actualmente a los rendimientos sobre 3.500 kilos por hectárea, aunque el rendimiento final puede estar un par de cientos de kilos por arriba.
Ya con 3.500 kilos se llegaría a un récord histórico superando el anterior máximo de cerca de 3.400 kilos/ha de 2011/2012.
Lo que resta por cosechar está en área tradicionalmente de alto rendimiento.
En general, los menores rendimientos –aunque igualmente buenos– se ubicaron sobre el litoral norte y el centro del país, aunque esas regiones tienen este año especialmente una baja ponderación.
Para definir la producción tendría que haber un dato consensuado sobre el área sembrada y a cosechar. La Dirección de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) manejó una superficie implantada de 319.000 hectáreas, lo que tiene un rango de tolerancia hacia arriba o abajo. Entre las empresas semilleristas se manejaron valores cercanos a las 250.000 hectáreas. Es una diferencia muy importante en términos relativos dado lo bajo de la superficie.