Nutrición en soja: del círculo vicioso al virtuoso

Los excesos hídricos de un fuerte año Niño generan problemas que no siempre se consideran. La nutrición de la soja es fundamental para maximizar retornos.

El cultivo de soja se encuentra sometida a niveles de estrés por saturación hídrica.

El cultivo de soja se encuentra sometida a niveles de estrés por saturación hídrica.

17deDiciembrede2015a las12:15

Cuando el pronóstico climático anuncia un año agrícola en fase Niño, la primera conclusión es pensar en importantes potenciales de rendimiento.

Esto es cierto para el maíz pero no necesariamente para la soja, ya que se encuentra sometida a niveles de estrés por saturación hídrica en la rizósfera, que genera demoras en el desarrollo inicial de la planta, menores niveles de simbiosis con el inoculante y mayor presión de enfermedades, entre otras cosas. A su vez, aparecen más malezas (especialmente gramíneas) que deben ser controladas, no sólo en base a herbicidas sino también utilizando el sombreo del cultivo.

En años como este, la soja puede entrar fácilmente en un círculo vicioso donde la falta de desarrollo radicular y de simbiosis con las bacterias del inoculante lleva a un menor desarrollo inicial, con más predisposición a la acción subclínica de enfermedades y a un cierre de cultivo más lento, y por lo tanto mayores problemas de malezas.

Una forma de entrar en un círculo virtuoso de generación de área foliar para maximizar la cantidad de granos, es aprovechar las condiciones ambientales con un programa nutricional balanceado, que permita corregir eventuales déficit de macro, oligo y micronutrientes.