El Niño tiene cómplices en las crecidas del Paraná
Analizando más de un siglo de datos, investigadores de la UNL y el Conicet descifran a los cómplices del fenómeno meteorológico conocido como “El Niño” y destacan que son necesarias varias condiciones para generar los eventos más extremos de este río.
El Niño tiene cómplices y las crecidas más extraordinarias ocurren cuando se alinean una variedad de eventos, como en 1983.
Llega el verano y se espera una intensa fase del fenómeno El Niño y para quienes conviven con el río Paraná ya es conocida su asociación con un aumento de altura y caudal. Sin embargo, al analizar más de un siglo de datos, investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet concluyeron que por sí solo no alcanza para explicar la ocurrencia de las crecidas más extraordinarias.
Gracias a la aplicación de métodos matemáticos complejos lograron aislar y cuantificar la responsabilidad de diferentes fenómenos climáticos en las variaciones de altura del Paraná. “Lo que se observa son los cambios de caudal y éstos son el resultado de múltiples factores, todos actuando al mismo tiempo”, explicó Andrés Antico, docente e investigador de la FICH y el Conicet.
Los resultados mostraron que El Niño tiene cómplices y que las crecidas más extraordinarias ocurren cuando se alinean una variedad de eventos, como ocurrió en 1983.
No solo El Niño
A la hora de señalar responsables del aumento de la altura del río, uno de los implicados es bastante conocido: El Niño, que es el nombre que recibe el fenómeno de aumento de temperatura de la zona ecuatorial del océano Pacífico.
Una compleja red de causas y consecuencias dan lugar a un ciclo con un período típico de dos a siete años; éste es el tiempo promedio que transcurre entre un episodio y el otro. “Las grandes crecidas históricas del Paraná tienden a coincidir con fenómenos El Niño, pero esa no puede ser toda la explicación”, señaló.
El análisis de los datos identificó otras cinco oscilaciones, por lo que en total son seis las que construyen el caudal del río. Si se las clasifica de acuerdo a su frecuencia, según el tiempo que les toma completar un ciclo, algunas son rápidas y otras toman varios años y hasta décadas. Existe una oscilación que se repite cada pocos meses, otra es anual.