Texturizados de soja, un nicho de valor agregado
En 2014, la Argentina importó más de U$S 18 M de estos insumos proteicos que se utilizan en la industria cárnica.
Especialistas del INTA analizan el potencial de este mercado y asesoran un emprendimiento en Córdoba.
Por su gran demanda en la industria alimenticia, principalmente como aditivos y cárnicos, la elaboración de productos proteicos de soja –texturizados, concentrados y aislados– constituye un nicho de valor agregado con proyección a futuro, que permite transformar subproductos como harinas y expeller de soja –actualmente utilizados en las dietas animales– en productos alimenticios para humanos.
Según los técnicos, de las diez empresas que realizan texturizados de soja en la Argentina, sólo dos procesan expeller de soja y una es “Valor A”, una empresa familiar cordobesa que recibe asesoramiento del INTA. En esta misma línea, el INTA Totoras –Santa Fe– realiza estudios experimentales para potenciar la obtención de estos derivados, requeridos por su alto nivel de proteína y actualmente importados desde China y Estados Unidos.