El único "brote verde" está en el campo
El Gobierno, entre tantas pálidas, festeja los indicadores positivos que ya se observan en el sector rural. Hay boom de venta de cosechadoras, tractores, fertilizantes y agroquímicos.
La comercialización de maquinarias e insumos, de cara a la próxima campaña, ya superó con comodidad los registros de los últimos períodos.
Es la perla en el fango. En un contexto en el que todas parecen ser malas noticias en materia económica y el Gobierno se muestra resignado a que dependerá de la obra pública como motor de la actividad, hay un sector que se diferencia y acapara la atención.
Es, de hecho, el único que puede verdaderamente mostrar "brotes verdes", con cifras de ventas e inversión positivas.
El campo se prepara para un auténtico "boom" de cara al próximo año, tanto en términos de producción agrícola como del movimiento industrial relacionado, como el de las maquinarias.
Y la recuperación cuenta con el mérito de producirse a pesar de los efectos negativos ocasionados por las inundaciones de octubre en miles de las mejores hectáreas productivas de la Argentina.
¿Cómo es posible que el sector agrícola se diferencie por su empuje justo después de haber recibido un fuerte castigo climático?
Analistas, empresarios y productores señalan el beneficio de la política económica. Por un lado, la quita de retenciones a algunos cultivos y el fin de las trabas a la exportación.
Por otro, la erradicación del cepo cambiario y la certidumbre de que, antes que un enemigo, el campo es el actor clave de la apuesta económica del macrismo.
"La visión que predomina es la de estar en presencia de una alianza. Desde su asunción, el Gobierno emitió señales de que devolvería al campo su protagonismo en la economía. Con cautela, el sector empezó a hacer lo mismo: confiar", aseguró a iProfesional Gustavo López, especialista de AgriTrend.
"De no haber sido por el problema del agua, hoy probablemente estaríamos hablando de números notables en producción, si bien hay que esperar una buena cosecha", completó.
Precisamente para el 2017, los pronósticos del Ministerio de Agroindustria ya anticipan un salto importante en términos productivos: la Argentina pasará de generar 112 millones de toneladas de granos a un tope de 130 millones.
Como se desprende del cuadro anterior, la Bolsa de Comercio de Rosario proyecta para este ciclo que ya comenzó unas 700.000 hectáreas más de trigo y cerca de 1 millón adicionales de maíz, un nivel de superifice que más que compensará la baja esperada para la soja.
El "efecto derrame" del agro
En el macrismo se percibe cierta ansiedad por la demora en la reactivación de la actividad.
Hasta se palpa algo de desconcierto. Francisco Cabrera, ministro de Producción, afirmó que "es un misterio saber cuándo arrancará la economía".
"Hemos hecho los deberes desde la oferta y la demanda. Pero creo que ésto tiene que ver con un proceso", señaló el funcionario.
En este contexto, que una actividad con tanto potencial y poder de arrastre como el agro muestre algo más que síntomas de reactivación, resulta vital para el Gobierno, que confía en su "efecto derrame".
De hecho, ya hay algunos indicadores positivos como consecuencia de la mayor superficie que se está sembrando en esta campaña.
Una muestra de ello es la explosión que se observa en la venta de maquinaria agrícola: la comercialización de cosechadoras, tractores y otros implementos alcanzó durante los primeros nueve meses del año una facturación cercana a los $12.500 millones.
Esta cifra representa un incremento de casi el 100% respecto a igual período del 2015, claramente muy por encima de la inflación acumulada en lapso, del orden del 35%.
Las sembradoras y tractores vienen presentando, en lo que va del año, los mayores aumentos interanuales en ventas, con un alza de más del 160% y del 110%, respectivamente.