Estrategias contra el picudo negro de la soja
Se recomienda rotar los insecticidas para no generar resistencia y evitar el monocultivo de soja ya que puede promover un constante aumento de la población de insectos.
Es la plaga qué más condiciona al cultivo de soja en el NOA.
El “picudo negro de la soja” (Rhyssomatus subtilis), es en la actualidad la plaga más importante del cultivo en el noroeste argentino (NOA). Hoy en día se encuentra en un proceso de expansión, ya que desde su detección se dispersó rápidamente desde el este hacia el oeste de la región NOA, habiendo sido detectado en 53 localidades de las provincias de Salta, Tucumán y Santiago del Estero, afectando un área de 737.280 has.
El Ingeniero agrónomo Lucas Emiliano Cazado eligió estudiar esta plaga para su tesis de posgrado titulada: “Biología, distribución espacial e impacto económico de Rhyssomatus subtilis”, y fue presentada este año en la Universidad Nacional de Tucumán, Facultad de Agronomía y Zootecnia. Según planteó en su trabajo, este insecto tiene un ciclo muy específico: las hembras tienen un periodo de preoviposición de 17 días y colocan en promedio 230 huevos durante toda su vida con un 94% de eclosión. Esa oviposición se inicia en la etapa reproductiva de llenado de granos (R5 – R6) y una vez que las larvas completan su desarrollo en el interior de la vaina se arrojan al suelo donde se entierran hasta los 9 cm de profundidad aproximadamente, y donde pasan el invierno como larvas hibernantes. La emergencia de los adultos desde el suelo se incrementa con las lluvias.
Daños en la soja: