Estudian el mejor tratamiento contra hongos del maíz
Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral analizaron el impacto de tratamientos químicos contra roya polisora y tizón en maizales tardíos santafesinos durante 2015 y 2016.
Una investigación de la Universidad Nacional del Litoral.
Investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) evaluaron el efecto de distintas formas de protección química para el control de enfermedades de maíz, tratamientos que resultaron efectivos. También brindaron recomendaciones de manejo de los cultivos para evitar los problemas.
Se trata de un trabajo encarado por la Facultad de Ciencias Agrarias (FCA) de la UNL para comparar el efecto de diferentes momentos de protección química en el control de la roya polisora y tizón, dos enfermedades de maíz tardío, para los ciclos 2014/2015 y 2015/2016 en el centro de Santa Fe. “Se realizaron ensayos con aplicación de fungicidas en momentos diferentes del cultivo”, según explicó Margarita Sillón, responsable de la Cátedra de Fitopatología del Departamento de Producción Vegetal.
Roya y tizón
Los hongos son el grupo más numeroso de patógenos que pueden afectar a los cultivos y los que causan las epidemias más conocidas por técnicos o productores. De esos hongos, la roya común es una enfermedad ampliamente difundida en la zona maicera, que afecta al cultivo desde estados vegetativos. “Puccinia sorghi necesita de los tejidos vivos de la planta de maíz para desarrollarse y que presenta más de un ciclo durante la estación del cultivo, dependiendo la cantidad de ciclos de las condiciones ambientales predisponentes, (temperaturas de 16ºC a 23ºC y mojado foliar). En la zona noreste de Argentina (Corrientes, Chaco, norte de Entre Ríos y Santa Fe) también hay presencia de roya sureña (Puccinia polysora), que se ve favorecida por temperaturas más elevadas (27ºC-30°C)”, sostuvo Sillón.
En cuanto a tizón común, agregó que se presenta frecuentemente en los cultivos de segunda fecha de siembra y causa lesiones elípticas en las hojas, al principio de color verde grisáceo, para luego desarrollarse y madurar, cuando puede volverse de color marrón. Normalmente la enfermedad comienza en las hojas inferiores y avanza hacia las superiores. “Durante la presente campaña agrícola se registró una prevalencia de tizón común de 55% en los cultivos con siembra en octubre y noviembre, con un 25% de híbridos donde la enfermedad se presentó desde estados vegetativos, aunque con baja severidad. En los cultivos de siembra tardía el 90% de los lotes presentaron tizón y la severidad llegó en algunos casos a 60% en floración, con una media de 35%. Valores significativamente más bajos se registraron en Paysandú, Mercedes y Dolores, en Uruguay, con tendencia a mayor nivel en los maíces de segunda, coincidiendo con los resultados obtenidos en Argentina”, detalló.