Cultivos de cobertura: qué tener en cuenta a la hora del rolado

El modelo de producción actual de los cultivos extensivos en el sudeste de Córdoba, se basa en la utilización de sistemas en siembra directa altamente dependiente de agroquímicos (fertilizantes, herbicidas, insecticidas, etc).

Tomás Baigorria, ingeniero agrónomo de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Marcos Juárez, sostiene que el incremento en los costos de los agroquímicos, sumado a la problemática ambiental, impulsa la necesidad de encontrar alternativas que reduzcan el uso de ellos.

El rolo para el control mecánico de los cultivos de cobertura (CC) es un implemento muy difundido en los productores de agricultura orgánica en sistemas de siembra directa de EE.UU, mientras que Argentina en la región pampeana, esta práctica es poco conocida.

Con este implemento, el residuo se deposita uniformemente sobre la superficie del suelo, mejorando la supresión de malezas, la retención de humedad y la conservación del suelo. Esto a su vez permite reducir las dosis y el número de aplicaciones de herbicidas sobre los cultivos estivales. De esta forma, esta alternativa podría ser utilizada  por los productores de la región, en zonas de conflicto por las aplicaciones de agroquímicos.    

Características del implemento

En cuanto al diseño de rolos, hay varios tipos, en general constan de un cilindro de 30 a 60 cm de diámetro, al cual se le abulonan helicoidalmente o en forma recta, las cuchillas de 8 a 10 cm de alto y sin filo. Estas son las encargadas de dañar el tejido vascular de las plantas y provocar el secado de las mismas sin cortar ni arrancar, sino mellando los tallos minimizando los riesgos de rebrote.

En general estos equipos vienen diseñados para ser lastrados con agua, para dar mayor presión de trabajo en caso ser necesario. El peso es un factor importante, ya que incide en el costo del rolo y en la eficiencia de trabajo. Se han registrado rolos con 300 a 450 kg m^-1 de ancho de labor vacíos.