Ciclo 2017/18: el productor pierde competitividad

Cada se vez se necesitan rindes de indiferencia más altos. El incremento de los costos y la falta de buena financiación para el sector obligan a los agricultores a afinar sus lápices.

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La sumatoria de presión fiscal, inflación, tipo de cambio y aumentos en los costos fue erosionando paulatinamente las mejoras esperadas.

La sumatoria de presión fiscal, inflación, tipo de cambio y aumentos en los costos fue erosionando paulatinamente las mejoras esperadas.

20deNoviembrede2017a las09:26

Si bien las medidas económicas iniciales de principios del año pasado habían abierto expectativas muy favorables para el campo (en especial, para los granos tras el recorte de buena parte de las retenciones a cero), después de más de una década de postergación y castigos varios, la realidad posterior fue diluyendo las posibilidades, al menos, para el corto plazo.

Es que la sumatoria de presión fiscal, inflación, tipo de cambio y aumentos en los costos fue erosionando paulatinamente las mejoras esperadas. Sobre eso, contingencias climáticas en buena parte del país agrícola, y plagas y enfermedades provocadas por la mayor humedad, y sus consecuentes mayores costos, completaron un escenario en el que los resultados de la campaña 16/17 distaron de ser los esperados por la mayoría, tanto en volúmenes como en rentabilidad. Tanto así que oficialmente todavía no se cierra la campaña, ya que son varios los lotes que quedaron sin cosechar, y tampoco se informa aún sobre el nivel de las pérdidas que se registraron.

Con ese bagaje a cuestas, los productores comenzaron a "hacer los números" para este nuevo ciclo 17/18, con precios internacionales relativamente debilitados por el mantenimiento de grandes producciones mundiales y altos stocks, situación que no parece que vaya a cambiar tampoco por ahora.

El caso es que tras 5 años de cosechas récord en el mundo, y 4 ciclos con excesos hídricos en la Argentina, "sólo un fracaso en las grandes cosechas de Brasil, o de Estados Unidos (recién en el segundo semestre del año próximo), podrían provocar una mejora en las cotizaciones internacionales que "salven" a la producción local", reconoce el analista Gustavo Oliverio.