Producir sin glifosato: ¿Qué sucedería si no se pudiese usar el herbicida?

No es descabellado preguntarse hipotéticamente qué podría suceder con el negocio agrícola argentino sin la posibilidad de usar glifosato.

Impactos agronómicos y económicos de producir sin glifosato.

Impactos agronómicos y económicos de producir sin glifosato.

05deFebrerode2018a las16:12

El glifosato fue uno de los ingredientes fundamentales de la explosión de competitividad agrícola que contribuyó que sacar a la Argentina de la crisis económica de 2002. Pero el éxito del herbicida –el más utilizado a nivel mundial– lo colocó en la mira de la agenda pública a partir del uso generalizado (y en situaciones abusivo) del mismo.

En noviembre del año pasado las autoridades de la Unión Europea resolvieron extender la habilitación del uso del glifosato hasta el 22 de diciembre de 2022 por una votación de dieciocho Estados nacionales a favor versus nueve en contra. La noticia es que, entre los que se opusieron a la medida, figuran Francia, Italia, Bélgica y Austria (cuatro naciones con mucho peso político en la UE). En tal escenario, no puede descartarse que en cinco años la votación tenga un resultado diferente.

No es descabellado entonces preguntarse hipotéticamente qué podría suceder con el negocio agrícola argentino sin la posibilidad de usar ese herbicida. “Se podría producir sin glifosato, pero eso implicaría un incremento en los costos y en la recarga del uso de otros principios activos que podrían determinar nuevas resistencias indeseables en malezas tempranamente”, indica Andrés “Chapu” Candelo, asesor de los grupos CREA Balcarce, Frontera y Mar Chiquita.

Andrés estima que reemplazar el glifosato por paraquat, glufosinato de amonio (para todos los cultivos) y graminicidas (haloxyfop, cletodim, nicosulfurón, topramezone) implicarían un incremento del costo de producción de un 2% para trigo y un 6-7% para granos gruesos.

“En el triángulo integrado por Chillar, Gral. Madariaga y Miramar (región Mar y Sierras) los controles de gramíneas de verano son los que representan gran parte del costo adicional en un escenario sin glifosato, con el riesgo de que los productos alternativos podrían no tener una efectividad adecuada en el caso del maíz”, asegura.

“En cuanto a las malezas de hoja ancha más habituales como viola, lecherón, crucíferas y rama negra, la efectividad actual del glifosato está bien en duda, con lo cual no es tan fundamental como otrora y hoy nos apoyan en otros métodos –como cultivos de cobertura– y nuevas moléculas; una situación similar se presenta con las gramíneas de invierno, más en raigrás que en avena, donde el control del glifosato ya no es lo que era”, añade.