Silaje de soja: el contexto lo vuelve una alternativa

El déficit hídrico y las elevadas temperaturas adelantaron la cosecha y cambiaron el destino de grano a conserva. Aunque poco convencional, el ensilado surge como una opción viable.

Las condiciones del suelo y el estado de los cultivos no permite descartar ninguna opción.

Las condiciones del suelo y el estado de los cultivos no permite descartar ninguna opción.

01deMarzode2018a las08:29

Puntualmente, la soja es una leguminosa con considerables niveles de proteínas, en relación a la cantidad de azúcares fermentecibles, sumado a que, en estados fenológicos avanzados, poseen altos contenidos de humedad.

Por este motivo, Peiretti recomendó “controlar esta condición para evitar procesos de fermentación indeseados, a partir de aditivos –aprobados por Senasa– que mejoren la fermentación, sustratos e inoculantes a tasas mayores a 100.000 UFC por gramo de silo”.

Asimismo, explicó que, debido al alto poder buffer que presenta el cultivo de soja, “es conveniente picarlo cuando contiene entre 40 y 45 % de materia seca con la necesidad de realizar un oreado previo que permita lograr dichos valores”.

Cosecharlo con contenidos de materia seca inferiores al 40 % implicará problemas en el proceso de conservación, que se manifiestan en valor de nitrógeno amoniacal sobre nitrógeno total (>10% N-N/Nt) y pH (>4.5).

“El principal factor que influye en la calidad del forraje de soja es el estado de madurez fisiológica al momento de la cosecha”, aseguró el especialista, quien detalló: “La concentración de proteína disminuye durante la floración y aumenta durante la formación de la vaina, mientras que la de fibra evoluciona inversamente”.