La roya obligará a estar bien cerca de los lotes de trigo
Los fitopatólogos Marcelo Carmona y Francisco Sautua brindan recomendaciones para la correcta aplicación de fungicidas antes la amenaza de la enfermedad.
Las citas referentes a las royas son muy antiguas y muchas de ellas aparecen en la Biblia. Se creía que su ocurrencia era consecuencia de los castigos de los dioses. A modo de ejemplo, en la época de los romanos era tan importante la roya negra que se realizaban procesiones implorando a Robigo, el dios de la roya.
En Argentina, alrededor de 1928-1930 apareció por primera vez la roya amarilla generando importantes daños y pérdidas y obligó a sustituir a los cultivares de trigo de la época, causando daños de alrededor de 2 millones de toneladas.
Hasta recientemente, en Argentina la ocurrencia epidemiológica de la roya amarilla, causada por Puccinia striiformis f. sp. tritici (PST), fue siempre esporádica y recluida a regiones con temperaturas medias más bajas, como el sudeste de la provincia de Buenos Aires. Por ello, nuestro país fue considerado históricamente como zona “marginalmente favorable”. Sin embargo, debido a la difusión de variedades de trigo susceptibles, al surgimiento espontáneo de nuevas razas virulentas de PST, y al cambio climático, en la presente campaña 2017/2018 se registran y cuantifican epifitias que, en la mayoría de los casos, con variedades susceptibles requieren intervención química. Al presente se registran epifitias en el Sur de Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos y norte y sur de Buenos Aires. Similar situación fue observada en la campaña pasada 2016/2017.