Retenciones a la soja: hacia dos mercados diferenciados

Todos los países protegen a la industria que procesa el grano.

20deAgostode2018a las10:28

Finalmente, el Gobierno decidió sacrificar la competitividad del sector industrial aceitero, en realidad la competitividad de la Argentina como el principal exportador de harina y de aceite de soja, en lugar de tener que pagar el costo político ante los productores de frenar la baja del 0,5% mensual a las retenciones al poroto de soja.

Es cierto que el diferencial ha sido de ayuda para construir la industria aceitera más eficiente del mundo, pero también es cierto que ha sido de gran utilidad para poder competir y penetrar las barreras comerciales que las grandes potencias aplican a países como la Argentina. No se trata solo de un mayor ingreso fiscal, después de todo se trata de 40 millones de dólares en el segundo semestre de 2018 y de 400 millones de dólares durante todo 2019, sino de un reclamo del gobierno de los Estados Unidos, que el mismo Departamento de Estado planteó al presidente Macri en alguno de sus encuentros.

Los productores consideran que han salido victoriosos ante la eliminación del diferencial arancelario que deja a la industria sin la protección del 3%. Pero ¿cómo puede la Argentina competir con el resto de sus países competidores y consumidores a la vez que imponen barreras arancelarias a los productos producidos y exportados desde nuestro país?