La cooperativa agrícola que armó un negocio “al dente” y ahora pone la mira en el mercado externo
La entidad, compuesta por 120 productores de la pequeña localidad de Los Molinos, se transformó en la primera del país en obtener un sello de calidad que le otorga ventajas competitivas para la exportación. Su historia.
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La cooperativa santafesina Los Molinos elabora fideos estilo italiano, de alta calidad, con trigo certificado.
Los socios de la Cooperativa Agrícola Ganadera de Los Molinos tenían un sueño: transformar el trigo que producían en sus campos en un alimento de calidad que llegue a la mesa de los argentinos. Se lo propusieron hace menos de 5 años y no solo lograron su cometido, sino que ahora proyectan replicarlo en el mercado externo, próximo objetivo de la entidad.
Los cambios se sucedieron con mucha rapidez en los últimos 12 meses. A mediados de 2017, tras un desembolso que alcanzó los 4 millones de dólares (posible gracias a financiación privada nacional e internacional), pusieron en funcionamiento un establecimiento fabril de 2.400 m2 que hoy produce unos 40.000 paquetes de fideos en las variedades Fusilli, Penne Rigate y Ruote. Durante la construcción del mismo participaron algo más de 150 trabajadores y se basaron en dos pilares: el trigo certificado cultivado con buenas prácticas y un pastificio dispuesto con maquinarias italianas de punta.
El buen desempeño de las pastas en el mercado interno hizo que comenzaran a pensar en llevarlas hacia otros países. En julio pasado la fábrica se transformó en la primera en su rubro en obtener el derecho de uso del sello "Alimentos Argentinos" que otorga el Ministerio de Agroindustria nacional, distintición que le permite a la firma salir con ventajas competitivas al mercado externo.
“Como todos nuestros proyectos, la exportación la iniciamos de forma profesional y por un camino sustentable”, explicó Arturo Lombardich, gerente general de la cooperativa y encargado del emprendimiento productivo emplazado en la pequeña localidad del departamento Caseros, a 68 kilómetros de Rosario.
Tras obtener el reconocimiento de la Casa Rosada la entidad participó en la feria “Caminos y Sabores”, que se desarrolló en el salón de la Sociedad Rural en Buenos Aires y representa uno de los eventos más importantes de la industria alimenticia a nivel regional. Allí estrecharon vínculos con posibles compradores, al tiempo que se profundizaron lazos con distribuidores de Latinoamérica y Europa con los cuales ya habían iniciado conversaciones.
La venta internacional de los productos sería la frutilla del postre de un proceso iniciado en el año 2013, cuando lograron certificar buenas prácticas ambientales, "la primera experiencia en el país en forma grupal y con pequeños productores", recordó Lombardich, quien subrayó que "nuestra visión en ese momento fue llegar al consumidor con productos de alta calidad y de origen sustentable".
"Elegimos pastas después de analizar varias alternativas y principalmente porque es abarcable para nuestra estructura. Fue un trabajo altamente profesional", contó el ejecutivo de esta entidad que reúne a 120 asociados, que ponen en producción cada año alrededor de 10.000 hectáreas.
Para Marcelo Castelli, uno de los productores que provee el trigo que luego se procesa en la fábrica, el proyecto "es un deseo hecho realidad: son cosas que se van logrando porque hay una idea firme, con fuerte arraigo detrás la calidad, la sustentabilidad y el agregado de valor para llegar a las góndolas"
Actualmente la comercialización en el mercado doméstico se realiza por dos canales: puntos de venta regionales a 200 kilómetros a la redonda y un portal web donde pueden pedirse productos a domicilio. "Hoy estamos produciendo 40.000 paquetes de Mulini al mes, pero tenemos una capacidad instalada libre del 70 por ciento", reconoció Lombardich, descartando de esta manera que se requieran nuevas inversiones en caso de que se concreten negocios en alguna plaza externa.
Correr con ventajas
El reconocimiento recibido por la fábrica por parte de la Casa Rosada resulta un gran espaldarazo para esta nueva etapa. La distinción, oficializada a través de la Resolución N°37 de la Secretaría de Alimentos y Bioeconomía, beneficia al producto con la obtención de un 0,5 por ciento adicional a la posición arancelaria en los Reintegros a la Exportación, la participación gratuita de una feria anual del calendario de la Agencia Argentina de Inversiones y Comercio Internacional, así como la posibilidad de disponer de estands en ferias, exposiciones, seminarios y rondas de negocios nacionales e internacionales; y la promoción institucional de los productos en el catálogo web del sello Alimentos Argentinos, lo que abre mayores posibilidades de comunicación con los adquirentes del exterior.
Cabe recordar que el Sello de Calidad "Alimentos Argentinos, una Elección Natural", es una marca registrada, y el empleo de su isologotipo solo es cedido a las firmas elaboradoras que adaptan su producción a protocolos de calidad específicos cuyo cumplimiento es auditado en todos los tramos de la cadena productiva. De ese modo, la presencia del sello en un producto refuerza la confianza del consumidor, testimonia que el producto reúne atributos de calidad premium, y fortalece la identidad productiva que el país exhibe ante el mundo.
La planta que maneja la cooperativa tiene implementado el Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control (HACCP, por sus siglas en inglés) en cada etapa del proceso, lo cual permite respetar los parámetros de humedad y acidez establecidos, y posibilita tener trazabilidad desde el producto final hasta la materia prima con la cual se elaboró, tal como lo fija el Protocolo de Calidad para Pasta Seca aprobado en septiembre del año pasado por la cartera de Agroindustria.
Segunda oleada
No se trata de la primera vez que la cooperativa radicada en el departamento Caseros se juega por la diversificación. Por el contrario, según relatan desde la entidad, la apuesta fue siempre ir hacia la innovación. Esa convicción es la que los llevó en la década del 70 a diversificar el negocio a partir de la fabricación de balanceado, de modo tal de revalorizar el maíz que reciben de sus socios y generar una alternativa al negocio agrícola para cuando las cosechas magras no hacen viable vivir sólo del acopio.
Esta planta, Balcoop, que se modernizó hace unos años, genera entre 800 y 1.000 toneladas de fibromixer, un suplemento alimenticio melazado especialmente desarrollado para poder aplicar los nuevos sistemas de formulación de las raciones a base de proteínas metabólicas, energía fermentecible y fibra equivalente activa. En su elaboración se ha complementado el aporte de proteínas, fibras, vitaminas y minerales que complementan el uso de granos y/o pasturas en la producción de carne, al ofrecer a los animales una dieta totalmente equilibrada.
Según detallan en su sitio web, el producto no contiene proteínas de origen animal ni aditivos sintéticos o químicos que provoquen desmejoramiento de la calidad de la carne o del rendimiento de animales faenados. El único aditivo que contiene es monensina.