Los ultralivianos que tienen nombre propio y se fabrican en Entre Ríos con acero sueco
Julieta Gross comparte con su madre Angélica Müller y su hermano Diego la gestión de la firma y explica la estrategia de la empresa para procurarse un horizonte mientras el sector metalúrgico acusa recibo de la crisis.
Semirremolques, acoplados y carrocerías Gross.
Son las 7 de la mañana en General Ramírez. En el área industrial de la ciudad, emplazada sobre la ruta nacional 12, la escena muestra un plantel de trabajadores que no se redujo, entrando a una planta fabril de 11 mil metros cuadrados, que acaba de ampliarse dentro de en un predio de 14 hectáreas. La foto desafía la escena económica nacional.
“Estamos haciendo un esfuerzo extraordinario, incluso en lo personal y más allá de las posibilidades de la propia empresa. Aún frente a duras adversidades, para nosotros es inexcusable preservar el trabajo de la gente, sostener la calidad de nuestros remolques y respaldar a los transportistas que llevan nuestro nombre por las rutas de todo el país”.
Julieta Gross comparte con su madre Angélica Müller y su hermano Diego la gestión de la firma y explica la estrategia de la empresa para procurarse un horizonte mientras el sector metalúrgico acusa recibo de la crisis. Se basa en la ayuda para pagar salarios, el sostenimiento de calidad en materiales y procesos y en un soporte extraordinario para los clientes.
En el concepto de la joven empresaria, el derecho de género no se declama, se ejerce y se pone a prueba: “Nuestro principal activo es la calidad, que no es un enunciado de marketing sino un hecho. Nuestras unidades en acero convencional son reconocidas y valoradas por los transportistas. Y somos líderes en la producción de carrocerías, acoplados y semirremolques a los que llamamos ‘ultralivianos’, que están hechos en acero de alta prestación y resistencia, un material fabricado por la siderúrgica sueca SSAB, que es proveedora de marcas líderes en el mundo”.