Descubren un virus de búfalos que contagia a vacas

Estudios del Instituto de Virología del INTA reportaron el primer aislamiento de herpesvirus bubalino 1 (BuHV1) de la Argentina y Sudamérica. A su vez, se demostró la susceptibilidad de bovinos a la infección por BuHV1.

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Recomiendan la vacunación de los rodeos y la aplicación de protocolos para mejorar el bienestar animal.

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20deAgostode2019a las15:24

En la Argentina, los profundos cambios en el uso de la tierra –principalmente por la adopción de tecnologías que permitieron la expansión de la superficie sembrada– provocaron un desplazamiento e intensificación de carga ganadera hacia campos de menor calidad agrícola y la aparición de sistemas de producción mixtos, entre los que se destaca la producción combinada de bovinos y búfalos.

Los primeros búfalos de agua (Bubalus bubalis) llegaron al país a principios del siglo XX, procedentes de Rumania y con destino a la provincia de Entre Ríos, donde se intentó cruzarlos con bovinos para la producción de leche. Al fracasar esta experiencia, debido a que los búfalos y los bovinos tienen distinto número de cromosomas, los búfalos prácticamente desaparecieron, a excepción de algunos que fueron librados a la caza mayor.

Recién a comienzos de la década de 1980, se reanudaron las importaciones de animales principalmente desde Italia, Brasil y Paraguay hacia la Argentina. Actualmente, la producción de búfalos de agua resulta una alternativa económica importante con alrededor de 132.000 cabezas según se desprende de los registros del SENASA a fines de 2018.

Por sus condiciones agroecológicas y productivas, la Mesopotamia argentina tiene un gran potencial para la cría de búfalos, un animal de triple propósito (carne, leche y trabajo), que representa una oportunidad para diversificar pequeñas y medianas explotaciones agropecuarias, sobre todo en ambientes marginales.

Aunados por el interés en la sanidad animal, especialistas del INTA y del CONICET pusieron el foco en las producciones mixtas de bovinos y búfalos y comenzaron a explorar los agentes virales que circulan entre individuos de distintas especies que conviven en un mismo ambiente. Analizaron tanto los agentes virales que son propios de la especie, como aquellos que logran superar la barrera interespecie.

Debido al alto nivel de prevalencia serológica y a las pérdidas económicas que ocasiona en los rodeos de carne y leche, los trabajos de investigación se dedicaron a conocer la circulación e impacto productivo de diferentes tipos de herpesvirus. Entre los hallazgos de mayor relevancia, los estudios permitieron reportar el primer aislamiento de herpesvirus bubalino 1 (BuHV1) en la Argentina y a escala sudamericana y demostrar la susceptibilidad de bovinos a la infección causada por BuHV1.

Alejandra Romera, investigadora del Instituto de Virología del INTA y del CONICET –desde 2018 articulados bajo la Unidad Ejecutora de Doble Dependencia denominada Instituto de Virología e Innovaciones Tecnológicas (IVIT)– destacó la importancia estratégica de estos estudios y explicó: “Los animales que cohabitan en un mismo ambiente pueden transmitirse enfermedades hasta transformarse en reservorios de virus endémicos, con el consecuente cambio en la epidemiología de las distintas enfermedades dentro de la población de origen y un profundo impacto en las poblaciones con las que cohabitan”.

El aislamiento de BuHV1 fue reportado en 2014 por Silvina Maidana –también investigadora del IVIT–, quien, dos años más tarde, avanzó en la caracterización del desarrollo de la infección provocada por este virus en el hospedador natural mediante reproducción experimental.

Además de la descripción de la patogenia –un aporte de conocimiento constituido en el marco de su tesis doctoral dirigida por Romera–, se realizaron ensayos que probaron la susceptibilidad de bovinos a la infección por BuHV1, ya sea por transmisión desde búfalos infectados como por infección experimental.

Demostrada la susceptibilidad de bovinos a herpesvirus bubalino, las investigadoras actualmente estudian la susceptibilidad de los búfalos a los herpesvirus bovinos (BoHV1 y BoHV5). “De esta manera, se aporta en el estudio del rol del búfalo en la patogenia de herpesvirus bovinos y permite la evaluación de impacto a campo, especialmente en sistemas de producción mixta búfalo-bovino”, valoró Maidana.

En esta línea, Romera advirtió que, de probarse la susceptibilidad de los búfalos de agua a los patógenos que afectan al rodeo bovino y su rol como reservorio o huésped, “aumenta la necesidad de realizar controles sanitarios del ganado bubalino, tanto para mejorar las condiciones de bienestar como los resultados productivos de la actividad ganadera”.

Respecto de las formulaciones que podrían utilizarse para inducir la inmunización de los animales, la investigadora precisó: “Si bien los búfalos de agua pertenecen a una especie diferente a los bovinos, debería ser estudiada la posibilidad de emplear las mismas vacunas utilizadas para bovino en búfalos en pos de desarrollar un calendario sanitario”.

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