Elección de variedades, análisis de semillas y enfermedades recurrentes: 5 consejos para el manejo de trigo y cebada
Puntos claves de la Red de Manejo Integrado de Plagas para los cultivos de invierno.
Los cerelaes de inviernos como el trigo y la cebada necesitan un constante monitoreo de enfermedades por lo que es improtante conocer los aspectos fundamentales.
Desde la Red de Manejo Integrado de Plagas (Red MIP) de la Asociación Argentina de Protección Profesional de Cultivos Extensivos (AAPPCE), elaboraron cinco puntos claves para la profesionalización del cuidado de los cultivos.
Elección de variedades
En los planes de siembra, la elección de variedades de trigo y cebada posee diversos factores a tener en cuenta; entre ellos, productividad. Sin embargo, en relación a la problemática de enfermedades, la genética es un componente de vital trascendencia, pero poco atendido.
En los datos de la genética sembrada en la campaña pasada, observamos una concentración muy importante de aquellas variedades consideradas susceptibles. Veamos por caso, en trigos de ciclos intermedios a cortos, prevalece la elección de Klein Rayo (19%) y DM Ceibo (44%), mientras que, en aquellos de ciclos intermedios a largos, DM Algarrobo (48%) y de Bio Basilio (8 %). En el caso de Cebada, abunda la selección de Andreia (80 % del total).
Asistimos, entonces, a un panorama de escasa variabilidad en los materiales sembrados, que marcan un llamado de alerta a tener en cuenta en las estrategias de protección.
Análisis de semillas
De la mano de la elección de la genética sembrada, cobra vital importancia la realización de análisis de semillas para detectar la presencia y tipo de patógenos en estas, para luego decidir el uso de los terápicos más adecuados.
Hemos identificado, en la campaña anterior, que en función de los curasemillas utilizados en algunas zonas, puede haber diferencias sustanciales de los momentos de la decisión de intervención, para el control de las enfermedades foliares. Estas diferencias, entre distintos tratamientos, van de 21 a 32 días de retraso en la decisión de aplicación.