Según el INTA, podría disminuir el impacto de la Niña en el verano y hacia finales de septiembre va a haber inestabilidad
Comienza la primavera y la expectativa a cubrir el agua necesaria en función de la ocurrencia de lluvias mantiene en vilo a los productores.
La falta de agua está generando perjuicios en la campaña fina y se espera que este déficit también se haga presente en la campaña gruesa. Además, se suma la alta probabilidad de un año Niña que podría dejar lluvias por debajo de lo normal.
El especialista Pablo Mercuri, Director Interino del Centro de Investigación de Recursos Naturales, compartió en una presentación las características más importantes del comportamiento climático que se esperan para la campaña 2020/21:
- "Vamos a tener una disponibilidad de agua ajustada. Vamos a estar a la expectativa de la suma de milímetros"
- "Habrá cambios bruscos. Son años en los que de repente vamos a tener un período de lluvias, pero luego varios días sin precipitaciones".
- "La espera a la próxima precipitación se va a prolongar. Veremos más días consecutivos sin lluvias".
- "Lluvias dispares e irregulares. En los años Niño las lluvias ocupan grandes áreas. En los años más fríos como el actual veremos lluvias más dispares".
También se refirió a los forzantes oceanicos: "Estamos ante una situación de enfriamiento, lo bueno es que por ahora es leve y que terminaría a inicios del verano". Al mismo tiempo, agregó: "Hay otros factores que marcan períodos de hasta 15 días, pueden disminuir o incrementar las precipitaciones". "Esto está inactivo por ahora", comentó.
"El mayor cambio e impacto del cambio climático -ya observado- es la merma de aguas en áreas cuyanas. Los escenarios de cambio climático no son adversos a los rendimientos de las producciones pampeanas", señaló.
En tanto, destacó la importancia de la agrometeorología de precisión. Es decir, tener datos locales, por zona y sistema de producción: medir la napa y la disponibilidad de agua.