¿Cómo podemos asegurar el éxito de las aplicaciones fitosanitarias?

Investigadores privados e instituciones públicas han aportado conocimiento para mejorar la eficiencia de control de las malezas.

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¿Cómo podemos asegurar el éxito de las aplicaciones fitosanitarias?
29deOctubrede2020a las12:34

La aparición de diversas variedades de malezas tolerantes y resistentes se ha convertido en un problema recurrente en todo el esquema productivo de Argentina. Para describir los desafíos que atraviesan los productores en sus lotes a la hora de realizar un cultivo, podemos citar ejemplos de malezas como yuyo colorado, hoy distribuida en 22 millones de hectáreas en todo el país, sorgo de alepo, eleusine, rama negra o la enorme dificultad que presentan los nabos en el sur de Buenos Aires.

A través de sus estudios y experiencias, investigadores privados e instituciones públicas han aportado conocimiento para mejorar la eficiencia de control de las malezas. Sin embargo, más importante que la solución del problema es comprender el origen del mismo. Si no partimos de esa premisa, corremos el riesgo de realizar siempre las mismas acciones buscando resultados diferentes. Esto se sintetiza observando cómo los casos de malezas con resistencia cruzada a distintos grupos químicos han crecido exponencialmente en los últimos años.

Si bien se está produciendo un cambio de paradigma en el manejo de las mismas, la estrategia para mitigar y controlar las malezas sigue basándose en la gestión agronómica y química. El control químico es una acción que se realiza de manera preventiva en el caso de un residual, o de forma correctiva en el caso de alguna maleza que se presente en el lote. Como bien sabemos, no es lo más inteligente apostar todas nuestras fichas a la probabilidad de éxito con la que hacemos una aplicación ya que no es el único momento en que podemos actuar para reducir la población de malezas y así disminuir los costos de los insumos.

Cada proceso se compone de múltiples variables que determinan su éxito. Si nos referimos a las aplicaciones, cabe citar el horario de aplicación, la dosis y el principio activo que elegimos, el tipo de pastilla que usamos, la calidad de formulación de los insumos que empleamos, las condiciones atmosféricas disponibles, las propiedades del agua —que será el vehículo de los fitosanitarios—, el modo de aplicación, la estabilidad de la mezcla en el tanque y más. 

La realidad es que hoy en día los agrónomos prestamos poca atención a estas variables. Si tomáramos dimensión del impacto que tiene una aplicación exitosa, el tiempo que dedicamos a controlarla y supervisarla seguramente sería mayor. Durante el momento de aplicación, es importante prestar atención a todos los factores que influyen