A tener en cuenta luego de las lluvias: cómo potenciar la defensa de la soja para evitar enfermedades

El clima predispone a la aparición de enfermedades foliares, donde el principal efecto es la disminución de la eficiencia de intercepción de radiación.

A tener en cuenta luego de las lluvias: cómo potenciar la defensa de la soja para evitar enfermedades
15deEnerode2021a las10:41

A nivel mundial se calcula que las pérdidas de rendimiento ocasionadas por las enfermedades oscilan entre el 10 y el 15 %. En Argentina los daños causados, anualmente, por las enfermedades de soja alcanzan del 8 al 10% del total de la producción. El desarrollo de las enfermedades en soja se ve favorecido, entre otras causas, por las condiciones ambientales, el aumento de la superficie sembrada, el monocultivo, el empleo de germoplasma de escasa variabilidad, entre otras.

El clima predispone a la aparición de enfermedades foliares, donde el principal efecto es la disminución de la eficiencia de intercepción de radiación a través de la reducción del IAF (índice de área foliar) y de su duración. Frente a la defoliación, clorosis y senescencia producidas por las enfermedades, las plantas de soja pueden responder con la producción de nuevas hojas, principalmente a través del proceso de ramificación. Sin embargo, a medida que avanzan los estados reproductivos, los mecanismos naturales de tolerancia y resistencia se vuelven menos activos.

Además, en su mayoría, con excepción de Cescospora kikuchii, presentan fructificaciones hidrofílicas, que necesitan agua para la liberación, remoción, diseminación y germinación de las esporas (Kantolicy Carmona, 2012). Esta es la razón por la cual un mayor número y frecuencia de horas de mojado foliar también explicarían un incremento de la intensidad de todas las EFC (Enfermedades de fin de Ciclo) (Yorinori, 2011). Por lo cual, las precipitaciones pueden ser consideradas como una importante variable que influye en la epidemiología de estas enfermedades.

Perspectivas climáticas durante Período Crítico de la Soja

Nuevas estimaciones del Instituto Internacional de Investigación de Clima y Sociedad, de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, aportan datos sobre el comportamiento del clima para el próximo trimestre enero-marzo.

Como es tradicional, las proyecciones se hacen mediante un mapa de precipitaciones y temperaturas (Foto 1).Los pronósticos de precipitaciones del periodo enero, febrero y marzo son consistentes en las conexiones esperadas de La Niña, advierten sobre una visión general del impacto de este fenómeno en el mundo.

De acuerdo con las evidencias, está claro que las condiciones de lluvias por debajo de lo normal se mantendrán durante el verano y los indicios marcan que las condiciones secas se irán debilitando hacia el final del trimestre (International Research Institute for Climate and Socierty, 2020).

Foto 1: Probabilidad de precipitaciones y temperatura para los meses de enero, febrero y marzo.

Las precipitaciones son uno de los factores fundamentales para la expresión de las enfermedades, y se relaciona con la frecuencia y duración del mojado foliar, así como también, con la germinación y diseminación de esporas.

Por lo tanto, si bien los pronósticos alientan a un año con precipitaciones por debajo de lo normal, tenemos que estar atentos a las precipitaciones, que según el Ing. Agr. Marcelo Carmona, las lluvias que superen el umbral de 7 mm podrían contribuir con una energía mínima para producir dispersión horizontal y vertical de esporas desde los picnidios de Septoria glycines y Phomopsis, o acérvulas de Colletotrichum spp y también, para generar el mojado para la infección de conidios de Cescospora (Carmona et al., 2010)

Enfermedades de Fin de Ciclo en Soja

En estas fechas con cultivos de soja en estados reproductivos, nos acentuamossobre el complejo de las enfermedades de fin de ciclo (EFC), denominadas así porque los síntomas y signos se manifiestan en los períodos reproductivos intermedios y avanzados, pero esto no quiere decir que de manera implícita comiencen en ese momento, sino que pueden comenzar antes; además añadir que son varias las EFC citadas para nuestro país, representando una significativa limitante de los rendimientos.

Presentan sus síntomas más evidentes en las etapas de generación del rendimiento, aceleran la senescencia de las plantas y disminuyen el número y peso de los granos y, algunas de ellas también la calidad de la semilla.

Las EFC de mayor prevalencia en Argentina son: tizón de la hoja y mancha púrpura de la semillas (Cercospora kikuchii), antracnosis (Glomerella glycines; Colletotrichum truncatum), mancha marrón (Septoria glycines), tizón de la vaina y tallo (Phomopsis sojae), mildiu (Peronospora manshurica), mancha ojo de rana (Cercospora sojina), mancha anillada (Corynespora cassiicola), mancha foliar por Alternaria (Alternaria spp.), Roya asiática de la soja (Phakopsora pachyrhizi), pústula bacteriana (Xanthomonas campestris) y tizón bacteriano (Pseudomonas siringae).